¿De dónde vienen las más comunes supersticiones?
¿De dónde vienen las más comunes supersticiones?
Existe una razón por la cual algunos de nosotros buscamos tréboles de cuatro hojas, o cerramos los ojos cuando vemos un gato negro. ¿Sabes cuál es la historia detrás de estas supersticiones? Aquí las tenemos:
Existe una razón por la cual algunos de nosotros buscamos tréboles de cuatro hojas, o cerramos los ojos cuando vemos un gato negro. ¿Sabes cuál es la historia detrás de estas supersticiones? Aquí las tenemos:
La palabra superstición proviene del latín “super” (sobre) y “statuens” (establecer): Se refiere a lo sobreentendido, lo que todo el mundo sabe que es así, sin explicación lógica. Etimológicamente, la palabra superstición también podría referirse a “superstitio“, de origen latino, que significa: creencia “extraña a la fe religiosa y contraria a la razón”.
"Los gatos negros son de mala suerte"
Los gatos eran considerados en el antiguo Egipto como criaturas sagradas, posteriormente la Iglesia Católica los consideró como la reencarnación del diablo, por lo que eran quemados. Esto debido a que el negro era considerado “algo malo” asociado con la noche, a las brujas entre otras cosas.
Existen diversas supersticiones asociadas con los gatos, tales como: Soñar con gatos significa traición, si un gato negro se aleja de nosotros es mala suerte, pero si se acerca a nosotros es buena suerte, si un gato mira fijamente hacia una ventana significa que va a llover, o los gatos tienen 7 vidas.
"¡Toca madera!"
Durante muchos siglo antes del cristianismo, los pueblos célticos de Europa rendían culto a los árboles por considerarlos los templos de la santidad y la principal presentación de los dioses era la Tierra. También, se recurría a este vegetal si la mala suerte visitaba a un hombre bajo la forma de demonios o si iba a librarse una batalla.
Hay, además, quien dice que las supersticiones referentes a la madera también nacen del material con el que está hecha la cruz de Jesús. Resultado de estas creencias es nuestra costumbre de tocar madera como signo de la buena suerte, ya que ésta atrapa al espíritu maligno que los hace caer a la tierra.
"Cuidado con la sal derramada"
Cuando la sal era considerada como una moneda de pago, y por lo tanto muy valiosa, el derramarla traía mala suerte y solo mediante echar una pizca de sal en el hombro izquierdo se rompería ese maleficio. Esta superstición se extendió con el paso de los años y es de las más conocidas por las personas.
Martes 13: "¡No viajes, no te embarques!"
Así reza el refrán para mejor definir al martes 13, fecha que para muchos es señal de mala suerte. El origen de la creencia sobre el día considerado "el más peligroso del año" se basa desde la Biblia hasta antiguas derrotas militares; sin embargo, la versión más extendida se asocia con la última cena de Jesucristo con los doce apóstoles después de la cual fue crucificado. Se cree también que si se sientan a cenar 13 personas en una mesa, una de ellas morirá antes de que acabe el año.
"No te mires en un espejo roto"
Se dice que si se rompe un espejo nos traerá 7 años de mala suerte. Es una especie de maldición que cae sobre nosotros, pues los espejos antiguamente eran considerados objetos para la adivinación, por lo que se creía que nuestro reflejo era una representación de nuestras almas. Entonces, si dañábamos el reflejo, también dañamos nuestra alma. Siete años es el tiempo que, supuestamente, tardaba en renovarse un cuerpo.
Cruzar los dedos
Cuando se formula un deseo, se dice una mentira o se encuentra uno ante un peligro, es costumbre cruzar los dedos, concretamente el mayor sobre el índice. El gesto, que evoca una cruz, conjura la mala suerte y aleja las influencias maléficas, según los supersticiosos. Desde los primeros tiempos del cristianismo se creía que, replegando el pulgar bajo los otros dedos, se alejaba a los fantasmas y malos espíritus, o bien haciendo esa operación con las dos manos y dejando que el pulgar asome entre el índice, dedo consagrado a Júpiter, y el mayor, dedo del pecado dedicado a Saturno.
¡No abras el paraguas aquí!
Ningún supersticioso tendría jamás la osadía de abrir un paraguas dentro de una casa. El origen de este temor se remonta a la época en que los reyes orientales y africanos lo usaban solo a modo de sombrilla para protegerse de los rayos solares.
Debido a su conexión con el astro rey y porque también su forma simboliza el disco solar, abrirlo en un lugar sombreado, fuera de los dominios del Sol, era considerado un sacrilegio.
Es probable que la superstición se reforzara cuando los paraguas llegaron a Europa y empezaron a ser empleados casi exclusivamente por los sacerdotes en los oficios de los difuntos, sin otro fin que protegerse de las inclemencias del tiempo.
"Soplar las velas"
El origen de esta superstición se remonta a los antiguos griegos, quienes hacían a la diosa Artemisa (divinidad protectora de la juventud, diosa de la luna, cacería y nacimiento) un pan redondo, donde se reunían varios hombres alrededor, cada uno con una antorcha en la mano; si alguno de ellos lograba apagar la flama de la antorcha, tenía derecho a pedir un deseo y la diosa Artemisa se los concedía, el que resultara ganador podía comerse todo el pan.
La suerte de la pata de conejo
La extraña tradición de llevar una pata de conejo en el bolsillo para atraer la suerte no nace de este animal, sino de la liebre. En las regiones medievales de Europa existía la creencia de que las brujas se transformaban en liebres para sorber la leche de las mujeres que habían dado a luz. ¿Pero cómo nace esta creencia?
Antiguamente, las cabras, vacas, cerdos, liebres y otros animales de granja entraban libremente en la casa de sus amos, ya que la familia aprovechaba su calor corporal para protegerse del frío invernal. Los campesinos criaban liebres para comérselas y las cuidaban con esmero y cariño. De hecho, por ejemplo, los antiguos británicos pensaban que estos animales eran criaturas mágicas que incluso había que evitar ingerir.
"¡¿Pasaste por debajo de la escalera?!"
La mala suerte de esta acción tiene origen cristiano. Se cree que una escalera apoyada a la pared forma un triángulo, asociado con el símbolo de la Santísima Trinidad, y atravesarlo significaría atraer al demonio.
Así como también, antiguamente, debido a la gran altura que éste solía tener, había que usar una escalera de mano para colocar la soga en la posición correcta, así como para retirar después el cadáver del condenado. Cualquiera que pasara por debajo de la escalera corría el peligro de encontrarse con el muerto.
Ahora bien, si no eres una persona supersticiosa y no crees en nada de lo que acabamos de exponerte, no tienes nada que temer.
Con información de: https://webadictos.com/breve-historia-supersticiones
Por Ariana Haggar | Culturizando