¿Será este el final definitivo para el uso de “todos” y “todas”?
¿Será este el final definitivo para el uso de “todos” y “todas”?
Desde hace ya algunos años, específicamente entre los años 2013 y 2014, la Real Academia Española (RAE) viene redactando una serie de informes para acabar con el sexismo lingüístico que ha ido creciendo en los últimos tiempos en algunos países de habla hispana, bajo el argumento de la igualdad de género y la discriminación a la mujer.
Desde hace ya algunos años, específicamente entre los años 2013 y 2014, la Real Academia Española (RAE) viene redactando una serie de informes para acabar con el sexismo lingüístico que ha ido creciendo en los últimos tiempos en algunos países de habla hispana, bajo el argumento de la igualdad de género y la discriminación a la mujer.
Cuando el colectivo lee este tipo de aseveraciones, como por ejemplo la de subestimar, discriminar o relegar a la mujer a un segundo plano social, sólo por el hecho de no ser diferenciada en la lingüística española en algunas de sus generalidades consideradas masculinas, hace falta preguntarse: ¿es más ofensiva una supuesta “exclusión” de género gramatical o por el contrario un constante atropello a sus derechos sociales como ser humano?
En países como Venezuela, Uruguay, Argentina, España, por citar algunos ejemplos, los últimos años se han venido popularizando términos como “todos y todas”, “ciudadanos y ciudadanas”, “niños y niñas”, bajo la justificación de huir del sexismo y visibilizar todos los ámbitos a la mujer, pero de acuerdo a Ignacio Bosque, académico de la RAE, asegura que “el uso genérico del masculino para designar los dos sexos está muy asentado en el sistema gramatical” español y que no tiene sentido “forzar las estructuras lingüísticas”.
Claros ejemplos de esta “nueva corriente lingüística” lo representan la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela y algunas medidas emanadas por la expresidenta de Argentina, Cristina Fernández de Kirchner, donde se aconseja usar la diferenciación de género en las palabras cuyo grupo lo represente un vocablo masculino, sin considerar si esto deriva en una falla ortográfica o gramatical.
"Se confunde, no sé si ingenua o deliberadamente, el verdadero sexismo verbal con la alarma infundada ante voces y construcciones sintácticas que mostrarían un uso supuestamente sexista del lenguaje".
Ignacio Bosque
Lingüista
La Real Academia se pronuncia
En atención a este uso indiscriminado de términos masculinos y femeninos, la RAE se pronunció de manera categórica en rechazo a estas expresiones, y en uno de sus informes detalla que “la actual tendencia al desdoblamiento indiscriminado del sustantivo en su forma masculina y femenina va contra el principio de economía del lenguaje y se funda en razones extralingüísticas. Por tanto, deben evitarse estas repeticiones, que generan dificultades sintácticas y de concordancia, y complican innecesariamente la redacción y lectura de los textos”.
En esas publicaciones, se recomienda a los lectores que no apelen al uso genérico del masculino cuando se refieren a los dos sexos al mismo tiempo. Sugieren, por ejemplo, que se escriba “las personas becarias” en lugar de “todos los becarios” o “las personas sin trabajo” para reemplazar a “desempleados”.
“El uso genérico del masculino se basa en su condición de término no marcado en la oposición masculino/femenino. Por ello, es incorrecto emplear el femenino para aludir conjuntamente a ambos sexos, con independencia del número de individuos de cada sexo que formen parte del conjunto. Así, los alumnos es la única forma correcta de referirse a un grupo mixto, aunque el número de alumnas sea superior al de alumnos varones”, enfatiza la RAE en uno de sus informes contra los excesos de vocablos con ambigüedad de géneros.
Adicional a esto, Bosque explica que si se consideraran estas recomendaciones, que en la mayoría no nacieron de una consulta a lingüistas o conocedores del idioma, expresiones como “los reyes”, “mis tíos” o “sus suegros”, puedan ser tildadas de sexistas por no contemplar la “visibilidad” de la mujer, y suprimidas también del vocabulario colectivo.
“Al final, terminas hablando normal”
Lo interesante de este desdoblamiento del lenguaje, es que en la mayoría de los casos, quienes profesan esa igualdad de género en el discurso, al terminar sus alocuciones o presentaciones públicas, comúnmente vuelven a usar frases como “voy a una reunión con amigos”, “me toca participar en un consejo de ministros”, entre otras, lo cual denota que si bien es cierto, para “ganar adeptos” les funciona bien, en su entorno cotidiano seguirán hablando con una palabra, es decir, en masculino y singular cuando corresponda, como todo el mundo.
El informe presentado por Bosque fue aprobado de manera unánime por los académicos, y en conclusión refiere que deben evitarse este tipo de expresiones en el lenguaje oficial, y en los escritos, ya que estas no hacen diferencia alguna la emancipación de la mujer y a que alcance su igualdad con el hombre en todos los ámbitos del mundo profesional y laboral.
Y tú, ¿cómo los usarías?, ¿te apegas a la regla o te rebelas?
Escrito por Carlos Román | @VeneTiger | Culturizando
Con información de: Ortografía y Literatura | RAE