Claves para entender qué está pasando en Venezuela

Actualmente Venezuela se encuentra sumergida en una compleja situación política. La oposición, afirma que se dio un golpe de estado y por ende se ha roto el hilo constitucional, como respuesta sus líderes han convocado a varias protestas pacíficas durante todo el mes abril. El oficialismo declara que estos actos de protestas no son pacíficos y ha catalogado a los manifestantes de terroristas y vándalos, cuyo único fin es imponer un gobierno capitalista por la fuerza.

A continuación te presentamos algunas claves sobre lo que ocurre en Venezuela y puedas sacar tus propias conclusiones.

El 29 de marzo de este año el Tribunal Supremo de Justicia –denunciado por la oposición, como un ente afín al gobierno de Nicolás Maduro- emitió una sentencia que le permitía al presidente ejercer las competencias de la Asamblea Nacional –de mayoría opositora- mientras ese órgano se mantuviera en lo que ellos definieron como  “desacato".

Al darse a conocer la situación públicamente, la oposición venezolana no dudó en calificarla de "golpe de Estado", anunciando el inmediato inicio de una movilización en protesta, que ni siquiera la decisión del TSJ de revertir su polémica sentencia, logró detener.

En Venezuela, la gente sin distingo social, está desesperada por conseguir medicamentos para tratar la más variada gama de enfermedades (hipertensión, diabetes, infecciones, cáncer, ansiedad y depresión, entre otros males), y productos tan esenciales como harina, arroz, granos, huevos, mantequilla, aceite, leche infantil, azúcar, pañales, jabón, polvo de lavar, champú, pasta dental y papel higiénico, por citar solo unos de los tantos insumos básicos que escasean.

Las elecciones regionales, que estaban pautadas para diciembre del 2016, fueron postergadas por el CNE (Consejo Nacional Electoral) que le puso fecha tentativa entre el primer semestre del 2017, aún no se ha hecho la convocatoria.

Dados estos hechos líderes opositores han llamado a los ciudadanos a marchas pacíficas con el fin de manifestar su descontento y exigir:

• Liberación de los políticos presos

• La apertura de un canal humanitario para que al país ingresen medicinas y alimentos

• La celebración de las elecciones regionales que deberían haber tenido lugar el año pasado, así como los comicios municipales que según el calendario electoral deberían tener lugar este 2017.

Una de las diferencias más destacables entre las protestas de este 2017 y las del 2014 es el apoyo por parte de los sectores más populares de la capital. Un ejemplo de esto es la comunidad de El Valle, que siempre se había caracterizado por su apoyo al difunto presidente Hugo Chávez y que actualmente ha manifestado abiertamente su descontento hacia las políticas de Nicolás Maduro.

La represión de las manifestaciones por parte del gobierno ha sido según los expertos, excesiva, y sin temor a atropellar los derechos humanos. Según el Foro Penal Venezolano, al día jueves 27 de abril, ya iban 1584 arrestos, 715 detenidos y 173.

Uno de los grupos usados por el gobierno para el control de las manifestaciones son los llamdos  “colectivos”. La palabra colectivo refiere a un grupo de personas que tienen intereses comunes y que se encargan de implementar estrategias de trabajo, ejecutarlas, organizarlas y administrarlas entre los integrantes de una localidad para lograr un beneficio común.

En Venezuela los colectivos son asociados con la violencia, las armas y el miedo por muchas personas afectas a la oposición. Refiere Angélica Lugo, periodista de El Nacional que los colectivos “muestran sus dos lados a los vecinos: intimidan y roban. También organizan las colas de los servicios públicos y hacen alarde de su labor social, siempre amparados en sus armas”.

La Fiscal General de la República, Luisa Ortega, quien brindó soporte a Chávez durante su mandato se ha mostrado en desacuerdo con la manera en que se está manejando la situación, siendo la figura oficialista de mayor rango en expresarlo. El día 25 abril brindó la dolorosa cifra 26 personas fallecidas durante los hechos violentos en el país.

El gobierno de Nicolás Maduro ha calificado a las acciones de la oposición venezolana como una ofensiva golpista.

A las denuncias de excesos en la represión policial, el Ejecutivo ha respondido acusando a los sectores opositores de fomentar la violencia, de "terrorismo" y de querer preparar el terreno para una intervención extranjera.

El mandatario, sin embargo, también llamó a los líderes opositores a iniciar un diálogo "para que después no se quejen".

Se ha mostrado en televisión y por las redes sociales en diversas actividades, bailando, haciendo deportes y conduciendo por Caracas afirmando que todo se encuentra en orden y absoluta paz.

El gobierno también ha llamado a sus simpatizantes a manifestarse como muestra de apoyo en las mismas fechas que la oposición convoca a las suyas, aumentando la tensión dentro de las protestas de cara a un enfrentamiento entre bandos.

Félix Seijas, director de la encuestadora Delphos y profesor de la Universidad Central de Venezuela (UCV), indicó que la popularidad de Maduro está hoy en niveles tan bajos que se ve difícil rescatarla, incluso proyecta que seguirá bajando.

“Menos de 10 por ciento de las personas dicen tener confianza en el Presidente. La figura de Nicolás Maduro no es rescatable”, aseguró en entrevista con La Verdad.

No es algo de ahora que la violencia criminal y la conflictividad social se han vuelto común en Venezuela, donde hay un promedio de 60 homicidios al día, según cifras oficiales, y 18 protestas diarias, según el Observatorio de Conflictividad Social.

Pero la violencia política de este mes puede recrudecerse o alargarse, coinciden analistas.

 “El escenario más probable es que venga mayor represión y autoritarismo”, opina Nicmer Evans, politólogo y activista de izquierda que en tiempos recientes se ha alejado del oficialismo.

Un escenario en el que no hay una solución al problema no es descartable en Venezuela.

Aunque los analistas aseguran que en este escenario la violencia política se mantendría, también es probable que se focalice y se vuelva parte de la normalidad.

La oposición dice que, para sentarse a dialogar y llamar a su gente a dejar la protesta, el gobierno debe mostrar algún tipo de gesto de buena voluntad.
Esto puede ser liberar a los presos políticos o restablecerle los poderes reales a la Asamblea Nacional, así como agilizar la renovación del poder electoral y judicial.

Las declaraciones de la fiscal, Luisa Ortega Díaz, que ha llamado al gobierno a respetar el orden constitucional, pueden generar una suerte de consenso entre poderes estatales que no quieren que el país adopte una senda autoritaria.
Sin embargo, en parte gracias a la alianza cívico-militar que Maduro ha afianzado poniendo decenas de militares en cargos ministeriales, los analistas creen que es poco probable que el ejército se organice para tumbar al presidente.
Maduro, por otro lado, puede renunciar. Esta podría ser una posibilidad, sin embargo muchos analistas descartan que suceda.

La verdad sobre el futuro de Venezuela es incierta, no es posible saber con certeza cuál será su conclusión pero como venezolano me siento seguro de que esto terminará más temprano que tarde, el momento es ahora y la gente lo sabe, no hay espacio para dudar, la afluencia durante las demostraciones de rechazo a la situación actual en las calles es muy grande. El pueblo solo tiene un objetivo y es libertad, libertad de un régimen opresor y corrupto que solo busca golpear la moral de la gente.

Por Fernando Zerpa | Culturizando