Encallar un trasatlántico y darse a la fuga
Encallar un trasatlántico y darse a la fuga
El Capitán Schettino y otros cobardes celebres, porque no siempre se llega a los libros de historia por las buenas
El Capitán Schettino y otros cobardes celebres, porque no siempre se llega a los libros de historia por las buenas
La historia está llena de hombres que a través de su valor y coraje consiguieron perpetuarse en sus anales, sin embargo existe otro grupo de figuras célebres que llegaron a los libros y registros históricos, por cobardes.
Franchesco Schettino
"Vada a bordo, cazzo!" ("¡Vuelva a bordo, carajo!")
Gregorio De Falco, capitán de la guardia costera de Livorno
Una antigua regla naval establece que el capitán es siempre el último en abandonar el barco. Al parecer el capitán Francesco Schettino se saltó ese día de clases.
Schettino, capitán del crucero de pasajeros italiano Costa Concordia, tenía una misión en mente ese 13 de enero de 2012, desviarse del rumbo establecido por la computadora, acercarse a la costa de la isla del Giglio y hacer una reverencia (un tradicional saludo marinero, que nunca llegó a hacer) en honor a un amigo oriundo de allí. Otra versión, es que Schettino estaba tratando de alardear con una hermosa pasajera.
El hecho es que el capitán, desconectó el sistema automático de navegación, y mientras intentaba hacer la maniobra, golpeó una roca que estaba claramente marcada en las cartas de navegación.
El Costa Concordia, 2 veces más grande que el Titanic, contaba con Spa con sauna, jacuzzi, 13 bares, 5 restaurantes, gimnasio, termas, talasoterapia, solarium, pista polideportiva, pantalla gigante al aire libre, cine 4D, teatro, casino y discoteca. Abordo se encontraban 3.206 pasajeros y 1.023 miembros de la tripulación.
"Capitán cobarde"
Un error puede cometerlo cualquiera, sin embargo las acciones posteriores de Schettino, son las que le consiguen un lugar dentro de esta infame lista.
Luego de chocar con la roca y de ser informado de que la embarcación tenía una raja de 70 mts de largo y de que se estaba hundiendo, el capitán ordenó tranquilizar a los pasajeros e informarles que tenían una pequeña avería eléctrica.
Poco después, el Costa Concordia empezó a inclinarse, y el pánico comenzó a propagarse entre los pasajeros, que sin tener información por parte de la tripulación, comenzaron a bajar los botes salvavidas ellos mismos.
1 hora tuvo que pasar, antes de que Schettino diera la alarma general y ordenara abandonar el barco.
Eso sí, Schettino ordenó que prepararan un bote para él y estuvo entre los primeros en lanzarse al mar, dejando a la deriva al resto de los pasajeros y tripulación.
Lo que sucedió luego, quedó para la posteridad:
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Gregorio De Falco, capitán de la guardia costera de Livorno, tratando de evitar que Schettino huya del naufragio
32 personas perdieron la vida en un desastre marítimo, causado por la insensatez de un solo hombre.
Schettino, de 56 años, fue condenado en primera instancia en febrero de 2015 por el homicillo involuntario, naufragio y abandono del barco, a 16 años y un mes de prisión. Dos años más tarde, la justicia italiana confirmó en apelación la sentencia. La fiscalía había pedido entonces 27 años de cárcel mientras que la defensa del capitán, que ha mantenido siempre su inocencia, pidió la absolución.
Tonya Harding, una mala perdedora
El mundo del patinaje artístico sobre hielo es muy competitivo, tanto así que la historia de la rivalidad entre las patinadoras Tonya Harding y Nancy Kerrigan, es propia de un guión de Hollywood.
Harding durante los 90s era una estrella del deporte, habiendo logrado dos veces el oro olímpico, y el dos veces campeónato de Skate America.
En 1991 ganó el Campeonato Estadounidense de Patinaje Artístico sobre hielo y se posicionó en segundo lugar en el Campeonato Mundial.
Fue la segunda mujer, y la primera mujer estadounidense, en completar un salto de triple axel en competición.
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Si sienten un poco de curiosidad, esta es una de las mejores actuaciones de Harding.
Una buena competidora
En 1994 la lucha por el primer lugar en el mundo del patinaje artístico era salvaje, por Estados Unidos se reducía a 2 patinadoras: Tonya Harding y Nancy Kerrigan.
La rivalidad entre ambas era legendaria, estando en el mejor momento de sus carreras se disputaban las plazas para competir en los Juegos Olímpicos de Invierno de 1994.
Siete semanas antes del evento, tras un entrenamiento en Detroit, Nancy fue brutalmente golpeada con una barra de hierro en su rodilla derecha. Un trabajo profesional para acabar con su habilidad en los triple saltos que la hacían famosa.
Las imágenes de Nancy Kerrigan llorando dolorida y gritando “¿Por qué? ¿por qué?” que dieron la vuelta al mundo.
El centro de atención
Las investigaciones realizadas arrojaron 3 nombres: Jeff Gillooly, Shawn Eckhart y Shane Stant.
El primero era esposo de Tonya Harding, el segundo, su guardaespaldas y el tercero fue la persona contratada para realizar el ataque.
La justicia divina prevalecio y Kerrigan, que no sufrió lesiones graves, consiguió participar en los Juegos de Lillehammer, consiguiendo la medalla de plata.
Tonya, por su parte, se convirtió en el centro de un escándalo por su supuesta participación en el ataque de Kerrigan, y vivió uno de los momentos más desagradables de su carrera, al ser abucheada constantemente por el público durante su actuación en los juegos, en los cuales llegó de octava.
Juicio
Algunos meses después de los Juegos de Lillehammer, Harding fue encontrada culpable del ataque y recibió una pena de tres años de libertad condicional, 500 horas de trabajo comunitario y una multa de 160.000 dólares.
Además, se le prohibió de por vida volver al patinaje de alta competición en Estados Unidos.
Los otros implicados (Gillooly, Stant, Eckardt y Smith) fueron encontrados culpables y sentenciados a prisión por su papel en la agresión.
Zine El Abidine Ben Ali
Golpe de estado médico
"Todos somos valientes hasta que la cucaracha vuela".
Refrán popular
Zine El Abidine Ben Ali, llegó al poder cuando derrocó a Habib Bourguiba, padre de la independencia de Túnez, enfermo y recluido en su palacio, el 7 de noviembre de 1987.
En ese momento, todos los tunecinos, incluidos los islamistas, recibieron bien, una toma de poder "sin violencia ni derramamiento de sangre", descrito por algunos como un "golpe de Estado médico".
A su llegada al poder, Ben Alí suprimió la "presidencia de por vida" instituída por Bourguiba y limitó inicialmente a un máximo de tres el número de mandatos presidenciales.
Todo un "Demócrata"
Diciéndose partidario de una democratización "sin prisa", en 1994 Ben Alí introdujo el pluralismo en pequeñas dosis en el parlamento y organizó en 1999 las primeras "elecciones" presidenciales pluralistas de la historia de Túnez.
Básicamente se hizo reelegir cinco veces consecutivas con cerca del 100 % de los votos, en elecciones consideradas fraudulentas por la comunidad internacional.
Ben Ali fue reelecto por última vez, para un quinto mandato, el 25 de octubre de 2009, con un 89,62 % de los votos, este último mandato se caracterizó por el aumento del desempleo y de la corrupción (que ya era exagerada) sumado a un empeoramiento poco habitual de la situación económica.
Protestas y la huida
Los disturbios estallaron el viernes 17 de diciembre de 2010 cuando el joven Mohamed Bouazizi, de 26 años, se inmoló en la localidad turística de Sidi Bouzid para protestar por la acción de la policía que, al confiscarle su puesto callejero de venta de frutas, le había condenado al paro y a la miseria.
El Gobierno de Túnez empezó llamando «actos terroristas» a las protestas de la revuelta, desplegó al Ejército e implantó el toque de queda.
Luego de meses de protestas y 78 muertos, Zine el Abidine Ben Ali disolvió el Gobierno y prometió convocar elecciones legislativas anticipadas en un plazo de seis meses, pero huyó del país el viernes 14 de enero de 2011, dejando el poder en manos del primer ministro.
Trató de llegar a Francia en un avión del ejército, pero tras el rechazo del país galo, fue acogido en Arabia Saudita.
Después de su huida de Túnez, Ben Ali y su esposa fueron juzgados In Absentia por su presunta participación en algunas de las empresas más grandes del país durante sus veintitrés años y medio de gobierno.
Entre las pruebas, estaban varios vídeos que mostraban al Presidente escondiendo dinero y joyas en la casa de gobierno. Además, Leila Trabelsi, esposa de Ben Ali, poco antes de huir del país, sacó 1500 kilogramos de oro en barras del Banco central de Túnez (casi el 20% de las reservas nacionales).
Ben Ali y su mujer se refugian en Arabia Saudita, y el gobierno saudí se ha negado hasta ahora a responder a los pedidos de extradición del gobierno tunecino.