Descubre si tienes madera de empresario

Tengo una buena idea en mente y quiero volcar todos mis esfuerzos en un proyecto personal.

Estoy en el paro y trabajar por cuenta propia es mi única salida.

Creo que trabajar para mí mismo me haría feliz, aunque todavía no tengo ninguna idea de negocio.

No, odio no tener ni idea de qué va a pasar a medio plazo.

Sí, perfectamente. Planificar no va para nada conmigo.

Es complicado, pero puedo hacerlo. Los emprendedores tenemos que asumir que no podemos controlarlo todo.

Es imprescindible para mejorar y encontrar nuevas ideas.

Alarga las tareas porque las decisiones son más difíciles de tomar.

Lo considero muy útil, aunque no siempre es posible.

Sí, llevo muchos años estudiando y ya estoy completamente preparado.

Me he formado, pero debo continuar haciéndolo para estar al día.

No, no tengo ni idea acerca del sector en el que quiero emprender.

Los grandes retos y los riesgos que conllevan me motivan para seguir creciendo.

Bastante mal. Las situaciones difíciles me quitan el sueño y afectan a mi vida personal.

Estoy trabajando en ello, aunque no me resulta fácil.

Depresivo y triste. Sentiría que mi esfuerzo no ha valido la pena.

Muy dolido, aunque creo que no tiraría la toalla.

Lo asumiría y abandonaría el proyecto para siempre.

Pregunto y escucho a otros profesionales, aunque decido yo.

Nunca tengo dudas y elijo la mejor la opción sin necesidad de pararme a pensar demasiado en ello.

Lo paso realmente mal porque no me gusta la responsabilidad de tener que elegir.

El que le exijan sus tareas. Si tiene mucho trabajo, tendrá que dedicar tiempo incluso los fines de semana.

Un horario flexible, con el que sea posible cumplir con las obligaciones y disfrutar de la vida personal al mismo tiempo.

Un horario fijo de lunes a viernes. Por ejemplo, de 9 a 6.

Entre 1 y 3.

Entre 4 y 6.

Entre 7 y 10.

Sí, es algo que he soñado siempre.

Creo que sí, aunque no tengo la certeza.

No, la verdad es que me aterra, pero ahora mismo es mi única opción.