El misterio del cuerpo del rey Luis XVII

El príncipe Luis Carlos de Borbón nació en el palacio de Versalles el 27 de marzo de 1785. Desde muy pequeño recibió una educación bastante privilegiada de la mano de la duquesa de Polignac y de la marquesa de Tourzel. Pero cuando tenía cuatro años su destino cambió por completo luego de que su hermano mayor Luis José, quien era el heredero al trono, falleció de tuberculosis. Así que Luis Carlos se convirtió en el ‘Delfín de Francia’.

Luego del estallido de la Revolución Francesa en 1789, la Familia Real fue obligada a abandonar Versalles y puestos bajo arresto domiciliario en el palacio de las Tullerías. Allí pasaron tres años antes de intentar escapar, pero esta acción solo provocó la molestia de muchos de los revolucionarios.  

Luego de un asalto armado al palacio, el rey Luis XVI fue ejecutado en la guillotina el 21 de enero de 1793. Tan solo 9 meses después, su esposa también corrió con la misma suerte. Así fue como el heredero e hijo de ambos, Luis XVII, se convirtió en el rey de Francia con solo 8 años de edad. 

Mientras la monarquía hacía planes para rescatar al rey que seguía como prisionero, este sufría de malos tratos dentro de la celda. En 1794, Luis XVII cae enfermo; tenía meses desnutrido y encerrado en una celda sin luz y poca ventilación.

La historia oficial dice que un año más tarde, en junio de 1795, muere de tuberculosis a los 10 años y que fue enterrado en una fosa común.

Pero luego de que se conociera del fallecimiento del monarca, comenzaron a correrse rumores de que los revolucionarios lo habían asesinado o incluso se decía que el rey había conseguido escapar de la celda y que había vivido en el exilio.

Esto hizo que muchos impostores se presentaran en Francia asegurando ser el “Delfín perdido”.

En 1846 la fosa donde habría sido enterrado el rey fue exhumada y solo encontraron un cuerpo que presentaba rasgos de tuberculosis; sin embargo, no coincidía con la edad del difunto rey.

A principios de siglo XXI, el historiador Philippe Delorme realizó un estudio genético al comparar un cabello de la reina María Antonieta con una muestra del cuerpo encontrado en el fosa común y sí coincidían, pero no aseguraban que se tratara de su hijo sino que podría ser de un pariente cualquiera.

El 19 de abril del año 2000 los profesores Jean-Jacques Cassiman, de la Universidad de Lovaina (Bélgica) y Ernst Brinckmann, de la Universidad de Munster (Alemania), culminaron una investigación y anunciaron que los resultados del análisis del corazón que se encuentra en la urna de cristal en la basílica de Saint-Denis (que fue extraído del cuerpo hallado en la prisión de Temple de París) confirmarían que se trataba de Luis XVII. El corazón tenía el mismo ADN que los familiares por línea materna del rey.


Titi González Méndez | Culturizando
Con información de hola.com | buscabiografías.com