La tres veces reina, María de Molina
La tres veces reina, María de Molina
Conoce la historia de María de Molina la tres veces reina de Castilla.
Conoce la historia de María de Molina la tres veces reina de Castilla.
María de Molina fue una de las reinas más importantes de los hispanos en la Edad Media. Estuvo presente y ejerció el reinado en tres oportunidades, con su esposo, con su hijo y con su nieto. Además, siempre se caracterizó por luchar en la defensa de los derechos de su linaje.
María Alfonso de Meneses nació en 1264. Hija del infante Alfonso de Molina y nieta del rey Alfonso IX de León y la reina Berenguela la Grande.
En 1282 María se casó con Sancho, el segundo hijo del rey Alfonso X y la reina Violante. El matrimonio no comenzó de buena forma, enfrentaban la nulidad matrimonial por consanguinidad de tercer grado y Sancho tenía otro matrimonio que nunca había revocado.
En 1275 falleció Fernando de la Cerda, hermano mayor de Sancho y heredero de la corona castellana. Al morir el príncipe, los derechos sucesorios pasaban directamente a sus hijos, los infantes de la Cerda, pero Sancho nunca lo aceptó.
El mismo año en el que se casaba con María, Sancho se proclamó heredero y regente de Castilla y León, enfrentándose abiertamente a su padre.
Los infantes de la Cerda, herederos legítimos del trono, se enfrentaron a su tío con el apoyo del papado, además Sancho no contaba ni siquiera con la legalidad de su matrimonio con María.
Antes de convertirse en reyes, Sancho y María se convirtieron en padres de una hija, Isabel, nacida en 1283 en Toro. Después de Isabel llegarían Fernando, Alfonso, Enrique, Pedro, Felipe y Beatriz. La reina María luchó durante mucho tiempo no solo para conseguir la legitimidad de su matrimonio sino también la de sus hijos para poder mantener el poder por medio de alianzas matrimoniales.
Al morir Sancho IV en 1295, María se convirtió en tutora del rey Fernando que solo tenía 11 años y que además no estaba declarado como heredero legítimo. Pero la reina madre consiguió todo el apoyo para que su hijo tuviese la legitimidad necesaria.
María logró que el papa Bonifacio VIII validara su matrimonio con Sancho VI por lo que Fernando IV se convertiría en un rey legítimo.
Luego de que el rey Fernando IV se casara con Constanza de Portugal y tras el nacimiento de su heredero, la reina madre María de Molina se retiró del poder. Pero en 1312, en medio de una campaña contra los moros falleció su hijo Fernando y de nuevo Castilla se encontraba con un rey de corta edad, Alfonso XI, que tenía un poco más de un año.
Meses después de la muerte del rey, la reina Constanza falleció dejando a María de nuevo la gran tarea de llevar las riendas del poder mientras su nieto alcanzaba la edad necesaria para gobernar.
Durante 9 años la reina abuela gobernó y enalteció a la nobleza castellana y defendió con gran sabiduría el trono para su nieto.
La reina María de Molina murió el 1 de julio de 1321, dejando todo dispuesto para que el rey Alfonso XI reinara sin ella. Fue enterrada en el monasterio de las Huelgas Reales en Valladolid.
Titi González Méndez | Culturizando
Con información de .mujeresenlahistoria.com