María Walewska, la amante polaca de Napoleón

Aunque la historia recuerda a varias, María Walewska fue una de las amantes más leales de Napoleón Bonaparte. Además fue la madre de uno de los bastardos del emperador de Francia y era conocida como “la esposa polaca” de Bonaparte.

María nació el 7 de diciembre de 1786 en Polonia, su familia pertenecía a la alta nobleza pero estaban en bancarrota. Era la menor de siete hermanos y, aunque nunca conoció a su padre, sus hermanos mayores se encargaron de cumplir ese rol. Recibió una educación privilegiada del reconocido Nicolás Chopin, padre del famoso compositor polaco Frédéric Chopin. Cuando era muy pequeña la llevaron a un convento donde terminó su educación.

Cuando María tenía 18 años, aceptó casarse con un conde llamado Anastase Colonna Walewski de 58 años para poder ayudar económicamente a su familia y mejorar su estatus. Así que se trasladó a Varsovia para vivir con su nuevo esposo. Tuvieron un hijo llamado Antoni Rudolf Bazyli Colonna-Walewski.

María -quien ya era condesa-, y su esposo participaban activamente en los círculos bonapartistas ya que creían en Napoleón para poder liberar a su país de las amenazas de Rusia. El día que Napoleón hizo su entrada a Varsovia, María estaba presente y él se fijó en la belleza de la joven. Luego se volvieron a ver en un baile organizado por el ministro de la defensa de Polonia, Józef Poniatowski.

El ministro se dio cuenta de la atracción entre el emperador de Francia y María y aprovechó la situación para fines políticos. Al principio ella se negó, pero con el tiempo comenzó una relación con Napoleón y terminó perdidamente enamorada. Tuvieron un hijo llamado Alejandro José Colonna y adoptó el apellido del esposo de su madre, Walewski.

El objetivo de los políticos fue alcanzado cuando Napoleón proclamó en 1807 el Gran Ducado de Varsovia y esto le daba ciertas libertades a Polonia.

Cuando Napoleón volvió a París, María Walewska lo siguió y se quedó a vivir en la capital con su hijo. En 1810 el emperador se separó de Josefina de Beauharnais, su primera esposa, porque nunca pudo quedar embarazada y él quería un heredero legítimo. Al poco tiempo conoció a María Luisa de Habsburgo-Lorena, quien se convirtió en su segunda esposa, pero ella le puso como condición para casarse que enviara lejos a María y a su hijo.

Así que “la esposa polaca” se fue a Nápoles con su hijo a una hacienda propiedad del emperador, allí vivieron cómodamente por los lujos que les ofrecía Napoleón. Aún en la distancia, María estuvo siempre presente para el emperador, incluso llegó a visitarlo mientras estuvo en el exilio en la isla de Santa Elena.

Luego de que falleció el esposo de María, se casó con otro conde que además era primo de Napoleón. Cuando tenía 31 años, falleció en medio del parto de su segundo hijo el 11 de diciembre de 1817.



Titi González Méndez | Culturizando
Con información de mujeresenlahistoria.com