Eusebio de Cesarea, el hombre que escribió la Historia de la Iglesia

Eusebio de Cesarea, comúnmente conocido como el padre de la historia eclesiástica, nació aproximadamente entre los años 260 y 265 d. C. en Cesarea Marítima de Palestina, fue obispo de su colonia, teólogo, historiador y escritor, famoso por producir grandes obras literarias que describen la historia de la Iglesia católica desde los apóstoles hasta su época, teniendo en cuenta importantes y auténticos acontecimientos que rodearon tanto el cristianismo como el Imperio romano.

Su formación inicial la recibió de Doroteo de Tiro, un presbítero, sabio y obispo religioso cristiano. Fue este obispo quien enseñó a Eusebio, la exegética, lo que consiste en la interpretación crítica y completa de un texto. Fue a partir de allí, que se despertó el interés crítico de Eusebio por las escrituras bíblicas. 

Eusebio se conoce con el sacerdote Pánfilo poco antes al año 296, y junto a él estudió la Biblia y la obra exegética de Orígenes, un famoso erudito, teólogo y autor de la primera edición crítica del Antiguo Testamento, que sirvió a Eusebio como inspiración para su obra y la de Pánfilo, cuando este aún continuaba con vida. Algunos historiadores creen que desarrollaron juntos la mayor parte de los “veinticinco volúmenes de comentarios de Orígenes”. Pánfilo además de su mentor, llegó a ser su gran amigo, ya que posteriormente se hizo llamar Eusebius Pamphili (Eusebio Panfilio o literalmente, “Eusebio, amigo de Pánfilo”).

Luego de la muerte de su gran amigo, a causa de su sufrimiento como mártir, Eusebio también fue perseguido, cuyo acosamiento lo llevó a Tiro y a Egipto, en donde no se tienen registros de su cautiverio. 

Al retornar a su patria para el año 313 aproximadamente, llegó al sacerdocio y posteriormente sucedió al obispo Agapio en su labor, luego que este muriera. Como obispo de Cesarea, le concedió refugio a Arrio, un presbítero exiliado que planteó la teoría del arrianismo, una creencia cristiana no trinitaria de la que Eusebio tomó la parte controvertida. Esta creencia se basa en que Jesucristo fue creado por Dios Padre y está subordinado a él, sosteniendo que Dios, Jesús y el Espíritu Santo es un ser único.

La creencia arriana aceptaba como origen teológico las interpretaciones alegóricas que Orígenes había expuesto en su exégesis, y Eusebio se identificaba como admirador de estas escrituras, lo que lo llevó a la aceptación del arrianismo.

En el año 325 con motivo a la teoría controvertida de Arrio, el emperador romano Constantino I convocó un concilio de todos los obispos en la ciudad de Nicea, conocido como el Primer Concilio de Nicea, para resolver la cuestión de Dios y su Hijo. Eusebio de Cesarea, célebre y admirado por sus conocimientos, tuvo importante participación. Presentó ante los más de 300 asistentes el credo bautismal de Cesarea (símbolo), que terminó siendo el credo de toda Nicea. Sin embargo, al final cayó en la “gracia” del emperador y tuvo que admitir la fórmula de la fe ortodoxa.

Finalizado el concilio no concluyó la polémica, manteniendo a Eusebio en una posición complicada, despertó una disputa contra Eustaquio obispo de Antioquía, Marcelo obispo de Ancira y Atanasio obispo de Alejandría. Por su parte, Eustaquio fue acusado, condenado y depuesto o removido del cargo, Atanasio fue condenado al exilio tras presentarse ante el emperador Constantino a acusar a Eusebio y finalmente Marcelo de Ancira, fue acusado y depuesto de su cargo.  

Dedicado a escribir en el transcurso de su vida, Eusebio no solo se dedicó a la historia de la Iglesia, sino también a historia universal. Bajo la influencia de sus maestros, y el pasaje de su vida, este hombre logró mantener vivas muchas obras que no sobrevivieron a su época, tomando de ellas citas textuales e inspiración.

Eusebio estaba convencido que vivía en una época de transición, y su objetivo era dejar constancia de los acontecimientos para la posteridad. Por ello, elaboró obras basadas en innumerables libros y personajes excepcionales que vivieron durante los primeros tres siglos de esta era.

En una de sus principales obras, Eusebio pretendió dar a comprender la historia universal, un proyecto grande y ambicioso donde organizó en columnas la historia de diferentes naciones y sus reyes de manera cronológica. Esta obra la llamo La Crónica, y utilizó muchas otras obras de referencia para establecer concordancia con los tiempos. Este trabajo no sobrevive completo a su época, sin embargo, se conservaron algunos extractos y tablas cronológicas utilizadas. 

También fue un autor apologético, ya que defendía la fe desde su punto de vista. Así lo demuestran obras como la "Apología de Orígenes", escrita según dicen, al oír a su amigo Pánfilo desde la prisión, y terminada posterior a su muerte; el Praeparatio evangelica para demostrar la excelencia del cristianismo y la Demonstratio evangelica, como una instrucción de inicio a la cristiandad para los paganos.

De una manera diligente y meticulosa logró recopilar toda información necesaria para sus obras, diferenciando las fuentes confiables y las que no lo eran. Hay importantes opiniones de expertos que indican que su trabajo no fue el de un historiador, sino el de un apologista, topógrafo, predicador, crítico y exegeta.

Este libro cubre los principios de la Iglesia católica hasta el año 324, a partir de las enseñanzas apostólicas, esto representa la mayor producción del obispo. El contenido del libro es una serie de hechos y documentos que datan el inicio de la religión, hasta finalmente la victoria de la Iglesia. 

De esta forma agrupó los hechos de acuerdo a los reinados de los emperadores, siendo los temas principales la sucesión de los obispos, la historia de los Doctores de la Iglesia, las herejías, los judíos, las relaciones con los paganos y un repertorio de mártires, todo ensamblado cronológicamente.

Su mayor obra, la Historia Eclesiástica, queda registrada como una buena fuente para conocer la antigüedad de los cristianos, ya que su obra no ha sido cuestionada, por lo impecable de sus referencias e interpretaciones. 

De la extensa producción literaria de Eusebio, se ha preservado una porción relativamente pequeña, ante la magnitud de todo lo que pudo desarrollar. Sin embargo, las consignaciones registradas han logrado sobresalir y se consideran los escritos más ilustres de la Iglesia.

Eusebio muere en Cesarea, entre el año 339 y 340. Se produjo de manera desconocida, a sus ochenta y tantos años. Se dice que no sobrevivió luego que Constantino I, el emperador que lo protegió en vida, muriese en el 337 d. C. 

Por Bárbara Cueto | @barbcueto | Culturizando

Con información de: Wikipedia.org | Biografías y vidas | Watchtower