Mochilas antibalas: ¿Escuela o campo de guerra?
Mochilas antibalas: ¿Escuela o campo de guerra?
Tras los repetidos ataques a escuelas en Estados Unidos, los padres han dirigido ahora sus esperanzas a una mochila o “backpack” que promete proteger a los menores de ser heridos por las balas.
Tras los repetidos ataques a escuelas en Estados Unidos, los padres han dirigido ahora sus esperanzas a una mochila o “backpack” que promete proteger a los menores de ser heridos por las balas.
Una empresa israelí llamada Masada Armour ha empezado a producir desde hace unos años, una mochila que se transforma rápidamente en un chaleco antibalas. El modelo básico pesa aproximadamente unos 3 kilogramos, cuesta unos 500 dólares y protege a los menores contra balas de 9 milímetros. Otra versión del producto, tiene un precio de 700 dólares, pesa 5 kilogramos y protege (supuestamente) contra el impacto de rifles como el AR-15 y los rifles tipo M-16 y Kaláshnikov, según reseñaba la agencia de Reuters en septiembre de este año.
El mercado de Estados Unidos ha ido en aumento tras los ataques en las escuelas los últimos años, como los de Florida; Sandy Hook (2012), donde murieron 20 niños y 6 adultos, el de Marjory Stoneman Douglas High School (2018), donde murieron 17 personas, y en Texas, Santa Fe High School (2018), en el que 10 personas murieron, solo por mencionar algunos.
Los padres de manera desesperada han optado por comprar estos productos, que según la página web, solo están aptos para niños de secundaria y universitarios debido a su peso y volumen; aunque no descartan estar trabajando en nuevos modelos para niños más pequeños.
Expertos en armas en Estados Unidos aseguran que no se ha analizado la efectividad de esta herramienta; sin embargo, la compañía cuenta con la certificación del ejército y la policía israelí.
Esta medida de protección preocupa a muchos en la comunidad, ya que no se estaría tratando de dar una solución real al problema, afirman. Como aseguró la profesora de psicología infantil en la Universidad de Florida, la Dra. Lindsay Malloy, este mecanismo podría más bien ser contradictorio, al crearle inseguridades a los estudiantes, recordándoles diariamente su vulnerabilidad y el acercamiento que esto tiene con las armas, además de las implicaciones físicas, porque cargan con un peso mucho mayor al normal.
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Las compras sensibles de muchos padres le han generado millones de ingresos a las compañías, y aunque no suponen una solución real, les da una sensación de tranquilidad a los mismos.-
Por: Bárbara Pernía | @barbcueto | Culturizando
Con información de: Play Ground | El Comercio | Actualidad RT