¿Psicopatía o sociopatía?
¿Psicopatía o sociopatía?
Los analistas de la conducta y procesos mentales aseguran que estos trastornos no siguen un patrón en común, a pesar de que las características de un psicópata y un sociópata son muy similares. ¿Cómo hace la ciencia para determinar cuándo es un caso u otro? Te lo contamos.
Los analistas de la conducta y procesos mentales aseguran que estos trastornos no siguen un patrón en común, a pesar de que las características de un psicópata y un sociópata son muy similares. ¿Cómo hace la ciencia para determinar cuándo es un caso u otro? Te lo contamos.
Los trastornos de personalidad antisocial (TPA) son patologías psiquiátricas definidas por el comportamiento de los individuos, caracterizados por presentar dificultad para adaptarse a las normas o comportamiento sociales. Existen dos variantes principales en cuanto a las personas antisociales, unos son los sociópatas y otros los psicópatas.
Ambos trastornos suelen confundirse entre sí, ya que tienen características comunes. No obstante, existen diferencias en las causas, los síntomas, y las características.
La comunidad científica estima que ninguna de estas patologías presenta un comportamiento único definido, por lo que ha sido una tarea difícil para los profesionales fijar un denominador común. La realidad es que los antecedentes han permitido establecer algunos códigos de comportamiento, y suelen ser del tipo antisocial, como un carácter desinhibido, falta de empatía y remordimientos, además de tener una facilidad para mentir.
En las visiones históricas de la psicopatía se le atribuye su naturaleza a la genética, por lo que existe la creencia popular que los psicópatas nacen y no “se hacen”. A diferencia de los sociópatas quienes son plenamente influenciados por los factores ambientales como el maltrato infantil y los abusos (entre ellos también el uso de estupefacientes).
Sin embargo, actualmente la medicina ha realizado estudios para la identificación de ambas conductas y ha determinado que tanto psicópatas como sociópatas, pueden resultar de diversos factores, tanto genéticos, como de un rasgo adquirido por maltratos (específicamente de familiares directos), daños por procesos químicos en el cerebro y drogas.
Estos trastornos se conocen en psicología como constructos, porque se consideran difíciles de entender o conceptualizar, y mantienen en constante debate a los profesionales.
Los síntomas están ligados directamente al comportamiento, y suelen ser identificados a temprana edad. Aunque muchos de estos pueden ser confundidos con el desarrollo normal de un adolescente, por lo que se requiere una identificación de índices clínicos para determinar las causas de la conducta antisocial.
Algunos especialistas incluso aseguran que no hay diferencia entre ambos, más allá de su diagnóstico, mientras que otros defienden las siguientes variantes:
Un psicópata
Es una persona calculadora, inteligente y con personalidad narcisista. El psicópata crea sus propios códigos de comportamiento, por tanto no sigue los códigos sociales comunes, sin embargo, tiene pleno conocimiento de los “usos y costumbres”, por lo que puede pasar inadvertido.
Los psicópatas tienen un sentido de culpa o remordimiento bastante reducido, lo que significa que carecen de la tendencia natural a evitar la conducta delictiva. De igual manera pasa con la empatía.
El historial revisado por la comunidad científica propone que la psicopatía es producto de una deficiencia innata, ya que no se desarrollan algunas estructuras neurológicas y que con el tiempo se acentúa en el proceso de aprendizaje, es decir, una persona puede nacer con esta “condición” pero las experiencias en su crecimiento pueden llevarla a cometer actividades delictivas o por el contrario, convertirse simplemente en un individuo de mal carácter o asocial común (con poca inclinación a la criminalidad). Aunque siempre va a existir un impulso en la conducta que no permita seguir las reglas.
Han existido psicópatas “encantadores” con quienes los rodean, capaces de mentir muy bien para lograr satisfacerse a sí mismos, ya que anhelan el control, y la parte de su cerebro que separa el bien del mal, es bastante deficiente.
Un sociópata
Entender a un sociópata es igual de complicado. Ya que al igual que los psicópatas, puede tener alguna deficiencia en el sistema neurológico, pero se estima que es causado más comúnmente por problemas en el entorno familiar, por negligencia, falta de afecto, situaciones de violencia y la manifestación de comportamientos compulsivos incontrolados.
Los principales rasgos son autoestima baja, falta de empatía, remordimiento, megalomanía, falta de responsabilidad, aislamiento, hedonismo, egocentrismo, tendencia a mentir; manipular, y carencias en el desarrollo moral. Los sociópatas no se adaptan a las normas, ni a las costumbres.
El perfil típico está marcado por el impulso, el nerviosismo, y la búsqueda constante de estímulos, y no son disciplinados en ningún sentido, algo que los diferencia de los psicópatas.
La irresponsabilidad, el miedo y la inestabilidad son también rasgos comunes, que los llevan a actuar por impulso.
Para diagnosticar cualquiera de estas condiciones es necesaria la intervención de un especialista, un exhaustivo análisis tanto de los comportamientos como de los antecedentes, ya que solo de esa manera se puede lograr obtener un tratamiento, que si bien, ambos trastornos son crónicos incurables, existen medidas de control y mejoramiento a través de la terapia y medicación.
Aunque muchos no coinciden con todas las variables, se cree que el daño cognitivo está presente en todos los casos. Lo importante y más determinante en cualquiera de ellos, es el aprendizaje y el apoyo que recibe el individuo por parte de su familia.
Por: Bárbara Pernía | @barbcueto | Culturizando
Con información de: Muy interesante | Psicología y Mente | SAGE Journals | Mayoclinic.org