Todo lo que necesitas saber sobre los vikingos

Los vikingos son un grupo étnico proveniente de los pueblos nórdicos originarios de Escandinavia (Noruega, Suecia y Dinamarca); estos se encargaron desde épocas tempranas de su historia a incursionar los mares. Se les conoce por arreglárselas muy bien al cruzar el océano, y realizar principalmente saqueos y desarrollar expediciones comerciales durante la Edad Media.

Se llama vikingo a un grupo étnico, más no a una civilización ni una nación en sí; aquellos, lograron crear asentamientos importantes en Finlandia, Islandia y Groenlandia, e incluso en la propia Francia, desde donde surgieron los normandos, quienes eran descendientes de vikingos asentados en Francia, que posteriormente subieron a los tronos del Reino de Jerusalén, Inglaterra, Sicilia, Nápoles y del Imperio latino.

Existen numerosos mitos y leyendas con respecto a sus características culturales y ancestrales, muchos de ellos impulsados por la historia, porque los descritos en torno a su historia, fueron redactados en esa época por los pueblos atacados, por lo que tienen tendencia a la exageración; por lo que no se sabe con precisión qué fue verdad, en cuanto a la era vikinga.

El término “vikingo” fue acuñado por el inglés antiguo y posteriormente adaptado al español. No se conoce con exactitud el origen de la palabra, ya que en los textos rúnicos se hallaba la forma de fara í víking como “ir de expedición”. Sin embargo, también se cree que vikingr, significa "pirata" en palabras del nórdico antiguo.

Lo cierto es que fue hasta el Romanticismo, cuando la palabra “vikingo” se idealizó, y empezó a utilizarse popularmente para referirse a este grupo étnico.

De acuerdo a evidencia arqueológica e histórica, las zonas geográficas habitadas por los vikingos eran muy segmentadas y complicadas (en parte por el clima y los animales), lo que presuntamente los obligó a explorar a través del mar. Esto los convirtió en navegantes experimentados, ya que desarrollaron un talento especial para la construcción de barcos.

Se cree que contaban con capacidades de orientación y conocimiento que les permitieron adentrarse incluso en el Círculo Ártico. Existe también evidencia de que llegaron hasta África, Rusia, Constantinopla y América, siendo esta última visitada unos 500 años antes de Cristóbal Colón.

Los vikingos viajaron cientos de kilómetros de distancia entre un lado y otro, con una organización muy similar a la militar, de la que sacaron mucha ventaja al momento de realizar pillajes y obtener botín.

El primer ataque violento fue el saqueo al monasterio de Lindisfarne en 793; es en este momento, cuando se inició lo que se considera como la “era vikinga”. Son muchas las presunciones sobre quiénes fueron los autores de este primer ataque, de las que no se ha podido corroborar ninguna. La evidencia sí deja claro que este asalto se hizo con una violenta rapidez y facilidad, que abrió camino a “los del norte” (como se les llamó en principio), para continuar con estas aventuras.

Los relatos existentes a sus invasiones fueron registrados en su mayoría por las mismas víctimas, por lo que las fuentes pueden ser consideradas carentes de objetividad… De hecho, muchos historiadores aseguran que los vikingos no fueron menos o más violentos que otros pueblos o civilizaciones de la misma época; recordando que se está hablando de un momento histórico que concentró constantes guerras y acontecimientos similares por las disputas de territorio. 

Las crónicas y relatos de la época, les atribuyen a los vikingos un aspecto aterrador. Se los describe como hombres y mujeres de gran tamaño, robustos, aptitudes violentas, crueles y claro… los icónicos cascos de cuerno.

Realmente los vikingos, por condiciones de alimentación, tenían una estatura entre los 1,68 y 1,75 metros. Efectivamente, eran poseedores de gran fuerza cuando su propósito era la guerra, pero aquellos campesinos dedicados a las granjas y otros oficios, no desarrollaban tal aspecto. Las guerras y la muerte representaban un máximo honor en su cultura.

Los cascos de cuernos y alas, están bastante alejados de la realidad, ya que ellos utilizaban solo una pieza de metal que protegía la cabeza con una pequeña visera y un metal que cubría la nariz.

Los vikingos también tenían una gran diversidad étnica producto de sus incursiones, y por ello no todos eran rubios con una mirada de color azul, tal y como se los describe frecuentemente en las alusiones mitológicas, muchas de ellas divulgadas por la religión cristiana para darle una connotación demoníaca a su cultura.

En cuanto a sus embarcaciones, para llamar la atención de sus rivales en batalla, acostumbraban a tallarles figuras e inscripciones, para así intimidar a sus enemigos. 

Los berserkers son conocidos como los guerreros vikingos más sangrientos y crueles; se dice que combatían semidesnudos, hacían sonidos similares a los de animales salvajes y tenían una atracción inhumana por la sangre. Su existencia fue comentada en diferentes relatos históricos sobre las guerras en Europa.

Estudios recientes sostienen que su comportamiento podría deberse al consumo de drogas naturales, que los indujeran en un estado de trance y los motivara a ser más violentos. 

Los vikingos no estaban compuestos por un solo reino ni un solo pueblo, de hecho, en la “era vikinga” se cree que hubo muchas guerras por reclamaciones de territorio en Escandinavia, y no fue hasta la mitad de este período histórico que se establecieron las figuras de reyes y Estados.

Dentro de las comunidades, la sociedad estaba dividida en tres clases. La primera eran los Jarl, quienes eran los nobles y dirigían las expediciones y comercios, luego estaban los Karl, los hombres libres que se dedicaban al campo, la granja y los comercios, y finalmente los Thrall, quienes eran los esclavos; estos eran producto de las batallas, de la descendencia o de quienes no podían pagar sus deudas. 

Históricamente los vikingos eran paganos y politeístas, adoraban a numerosos dioses que representaban las cuestiones de la vida y la naturaleza. Entre los principales se encontraban Odín, el padre de todo y dios principal; Thor dios del trueno; Loki el dios del caos y el azar; y Freyja diosa del amor, la belleza y la fertilidad.

El hecho de que los vikingos atacaran especialmente a monasterios e iglesias (en donde las protecciones eran más débiles), les atribuía a ellos y sus dioses un sentido de satanización por parte de los cristianos. La adoración de los dioses nórdicos se divulgaba entre los creyentes a través de las sagas: historias que relataban las leyendas de sus héroes y guerreros. Sin embargo, los relatos sobre la mitología nórdica fueron inscritos propiamente por los cristianos, y existen muchas versiones distorsionadas para su interpretación.

Como resultado de las diferentes expediciones y asentamientos, los vikingos se encontraron enfrentados con el cristianismo, lo que finalmente causó que progresivamente se diera la cristianización. Esto ocurrió principalmente en Inglaterra e Islandia, pero se expandió esporádicamente en toda Escandinavia. Finalmente las creencias paganas perduraron hasta un aproximado al siglo XI.

Expertos afirman que este cambio hacia la fe cristiana constituyó un hito importante en la historia vikinga, y que a pesar de ello, y de los incansables esfuerzos de la Iglesia, los componentes principales de la mitología aún se mantienen vigentes y son ampliamente aceptados en la actual cultura escandinava. 

Por: Bárbara Pernía | @barbcueto | Culturizando
Con información de: Vix | Culturizate | Wikipedia