Un pueblo nómada: Los gitanos y sus raíces históricas

Los gitanos, también conocidos como romaníes (por su idioma transnacional), son un pueblo nómada, sin una ubicación geográfica definida, desde el ámbito internacional, por lo que en diversas ocasiones se ha especulado sobre una procedencia misteriosa. Resulta que esto es consecuencia del propio itinerario irregular de los gitanos durante los últimos mil años, teniendo una movilidad territorial continua y una desconfianza total hacia las comunidades de los países que visitan. 

Muchos los llaman el pueblo sin territorio, y es porque ellos mismos se han encargado de crear diversas versiones sobre su verdadero origen. Algunos han pretendido ser egipcios o babilónicos, otros aseguran que son directos descendientes de Caín o de la tribu de Israel extraviada en el Egipto faraónico, pero lo cierto es que a través de la ciencia se ha permitido desmentir estas teorías y se ha precisado que tienen rasgos específicos que los hacen originarios del subcontinente indio –conformado por los estados de la India histórica–. 

Una de las características de esta comunidad es que son en su mayoría ágrafos (no saben escribir), por lo que la transmisión de sus tradiciones ha tenido que ser de forma oral. Esto forma parte del misterio de su cultura, ya que han logrado prevalecer con el mínimo registro histórico posible. Sin embargo, a raíz de un estudio de los datos lingüísticos, se pudo confirmar que se trata de una lengua índica, muy similar al hindi occidental. Adicionalmente, los análisis genéticos realizados, han apuntado que por las características, los antepasados provienen precisamente de una zona entre India y Pakistán llamada Panyab. 

Los gitanos vivieron al noroeste de India, pero no se ha logrado confirmar si con anterioridad habrían emigrado desde otro lugar, y sus razones. Así como existen diferentes teorías sobre su origen, también las hay como explicación de su desplazamiento. Uno de los relatos más aceptados, está documentado hacia el año 400 d. C. en donde se dice que el rey de Persia, Bahram Gur, le pidió al rey del norte de la India diez mil músicos y sus mujeres para las fiestas de la época. Este rey, quedando encantado con la gente, les regaló varias hectáreas de sus tierras, ganados y provisiones para cultivar. Pero por la falta de experiencia en el campo, los presuntos gitanos, perdieron todas estas provisiones y el rey ordenó su expulsión ante tal indignación. 

Otra teoría asegura que eran pertenecientes a las castas o clases sociales inferiores de la India, y que fueron enviados a luchar a occidente contra la penetración musulmana. Nada de ello ha podido ser firmemente confirmado. Lo cierto es que los gitanos iniciaron una diáspora sin precedentes, distribuyéndose de forma desigual en territorio europeo y al norte de África, llevando consigo sus tradiciones étnicas y en ocasiones logrando relacionarlas con determinados patrones culturales de las zonas que habitaban.

No obstante, la migración de los gitanos no ha parado desde entonces, ya que en torno a sus rasgos culturales, hay características específicas que no han sido aceptadas por parte de las poblaciones europeas que los adoptan. Como por ejemplo, están las costumbres ancestrales (magia o brujería), la mendicidad, sexualidad, la apatía laboral y otros estereotipos. Terminaron causando desprecio y discriminación, dando como consecuencia más desplazamientos.

Posiblemente para la historia, antropología, y sociología, la cuestión de su origen geográfico seguirá siendo objeto de controversia, y las razones que envuelven su desplazamiento estarán en torno a la oscuridad e inestabilidad de los históricamente marginados, pero en concreto las bases sólidas de los gitanos, se ubican en un entorno indoeuropeo. 

Por Bárbara Pernia | @barbcueto | Culturizando 

Con información de: Fundación Secretariado Gitano | Wikipedia