¿Alguna vez has caído en los vicios de la cacofonía?
¿Alguna vez has caído en los vicios de la cacofonía?
En múltiples ocasiones al escribir, e incluso al hablar, cometemos sin percatarnos algunos errores que tal vez no son tan visibles o identificables con simpleza; pero que si revisamos en profundidad nos damos cuenta de que podríamos hacerlo mejor. Es por ello que les presentamos este artículo que recoge uno de estos vicios en los que podemos caer al conversar o redactar.
En múltiples ocasiones al escribir, e incluso al hablar, cometemos sin percatarnos algunos errores que tal vez no son tan visibles o identificables con simpleza; pero que si revisamos en profundidad nos damos cuenta de que podríamos hacerlo mejor. Es por ello que les presentamos este artículo que recoge uno de estos vicios en los que podemos caer al conversar o redactar.
De vez en cuando vale la pena toparse con algunos de estos conceptos que si bien podrían parecer negativos en principio, si los empleamos de una manera adecuada hasta podrían resultar curiosos y peculiares, incluso hasta jocosos y bien vistos en cuanto a literatura se refiere, por eso te invitamos a seguir leyendo y descubrir qué tan malo o bueno puede resultar caer en la cacofonía…
¿Qué significa?
La cacofonía es una figura caracterizada con la percepción desagradable de sonidos, que resultan al utilizar sílabas semejantes seguidas o repetidas en una misma frase.
Esto también aplica a las palabras que se repiten en demasía en un texto, cuando tenemos la posibilidad de emplear sinónimos para evitar caer en redundancias.
Aunque en la mayoría de los casos la cacofonía podría ser el resultado de una mala o descuidada redacción, o una desprolija escritura, hay casos en los que es utilizada como recurso literario, por lo que su aplicación pasa a cobrar valor artístico.
¿De dónde proviene?
Etimológicamente la palabra proviene del griego κακοφωνία (kakophonía), que se compone con las raíces κακός (kakós), que significa ‘malo’ o ‘desagradable’, y φωνή (phoné) que quiere decir ‘sonido’.
Ahora que conocemos su origen, una de las opciones para corregir o evitar caer en cacofonías, es cambiar algunas palabras por sus plurales para evitar que tengan la misma terminación, sustituirlas por un buen sinónimo o alterar el orden de los vocablos con el fin de distanciar los sonidos que estén produciendo este vicio del lenguaje.
Ningún aprendizaje está completo si no somos capaces de identificar o visualizar con ejemplos la teoría aprendida, es necesario llevarlo a la práctica, por eso te presentamos algunos ejemplos de cacofonía para que evites caer en ella y puedas tener conversaciones y escritos más pulidos y libres de fallas o excesos.
Identifica las cacofonías
Sácale provecho
Es considerada como criterio gramatical para ciertos casos. Por ejemplo, el sustantivo agua, que es femenino, se escribe con artículo masculino en singular para evitar la cacofonía “el agua” y no “la agua”. Lo mismo ocurre con sustantivos como arte, águila, azúcar, aceite, amor, entre otros.
Las cacofonías también son empleadas en ejercicios de lenguaje para practicar la correcta pronunciación de determinados fonemas. Por ejemplo “Tres tristes tigres tomaban trigo en un trigal en tres tristes trastos”.
También podemos encontrar la cacofonía en frases humorísticas o juegos de palabras como “Yo loco, loco y ella loquita. Yo lo coloco y ella lo quita”.
Puede emplearse como recurso literario o de estilo para trasmitir determinado énfasis o efecto a una idea, y sería de la siguiente manera “¿Cómo quieres que te quiera si la que quiero que me quiera no me quiere como quiero que me quiera?”.
Ahora que ya sabes de qué se trata este vicio, que bien empleado te dejará bien parado, comparte con nosotros si ¿alguna vez has sido víctima de la cacofonía? ¿Ya estabas familiarizado con este tópico?
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Escrito por: Carlos Javier Román | @VeneTiger | Culturizando
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