¿Conoces el origen de la palabra «siesta»?
¿Conoces el origen de la palabra «siesta»?
Seguramente a lo largo de tu vida has tomado más de una siesta, bien sea por tradición, por cansancio o simplemente para relajarte un poco, pero en algún momento pensaste ¿de dónde proviene esta palabra tan común? Aquí te lo decimos…
Seguramente a lo largo de tu vida has tomado más de una siesta, bien sea por tradición, por cansancio o simplemente para relajarte un poco, pero en algún momento pensaste ¿de dónde proviene esta palabra tan común? Aquí te lo decimos…
Es típico manejar un vocabulario extenso, que con la lectura y las conversaciones ocasionales se va nutriendo cada día más, pero nada como saber cuál es el origen de las palabras, especialmente las que más usamos, sobre todo para darle un poco más de sustento y argumento a nuestro léxico tradicional…
Origen
En la antigüedad, los romanos tenían la costumbre de contar las horas desde que despuntaba el sol, por lo que a la hora de más calor, que de acuerdo a este cálculo sería el mediodía, se tomaban el tiempo para un breve descanso.
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¿Y esto que tiene que ver con la siesta? Pues sencillo… El mediodía representaba, según horario, la sexta hora del día, que era el momento en el que “sexteaban” o guardaban la “sexta”, que con el paso del tiempo evolucionó en la palabra «siesta».
Datos de interés
Con el pasar del tiempo, la hora de la siesta es el tiempo comprendido entre el mediodía y las dos de la tarde, y generalmente se asocia con el momento de almorzar, reposar, y tomar un breve descanso, que generalmente suele ser un sueño corto, para recuperar las energías y continuar con entusiasmo el resto de las labores diarias.
Otra de las palabras que dieron origen a lo que hoy conocemos como siesta, fue la de sestear, que al igual que sextear se refería al acto de descansar a la sexta hora del día.
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También existen teorías que acuñan el nacimiento del término al siglo XI, como parte de las normas del monasterio de San Benito, que establecían reposo y tranquilidad en la hora sexta, cuyo lapso estaba definido entre el mediodía y las tres de la tarde.
Esta regla determinaba que todos los religiosos debían acostarse en silencio absoluto para descansar y recuperar las fuerzas para el resto de la jornada.
Lo cierto es que esta costumbre trascendió las barreras de lo religioso y lo laboral para hacerse de uso común, donde la población en general la adoptó casi como un ritual, y de ahí surge el término siesta, tal y como lo conocemos en la actualidad.
Ahora que ya conoces de dónde proviene esta peculiar palabra, puedes tomarte una siesta con la tranquilidad de saber que es casi un mandato religioso realizar ese descanso, por lo que antes de llamarte vago o flojo, tendrán que pensarlo dos veces…
Y tú ¿eres de los que guarda la tradición de las siestas? ¿Conocías el origen de la palabra? Déjanos tus comentarios.
Escrito por: Carlos Javier Román | @VeneTiger | Culturizando
Con información de: ZIESTIX | EL CASTELLANO | INTERMUNDIAL