El sexo tántrico: Un milenario secreto para hacer más intenso el orgasmo…
El sexo tántrico: Un milenario secreto para hacer más intenso el orgasmo…
El hombre ha explorado su sexualidad de diversas formas, abordando desde lo mundano a lo trascendental; un estado de disfrute máximo que, según los estudiosos en materia sexual, ha permitido alcanzar la liberación espiritual con el objetivo de lograr la mayor compenetración de la pareja mediante orgasmos más intensos. Aquí te lo mostramos…
El hombre ha explorado su sexualidad de diversas formas, abordando desde lo mundano a lo trascendental; un estado de disfrute máximo que, según los estudiosos en materia sexual, ha permitido alcanzar la liberación espiritual con el objetivo de lograr la mayor compenetración de la pareja mediante orgasmos más intensos. Aquí te lo mostramos…
Más de una vez hemos escuchado sobre el sexo tántrico y por lo general lo asociamos con posturas complicadas, objetos de carácter especial como: velas aromáticas, inciensos y música de meditación; además de un maestro o guía en este campo… Esto es un error.
El diccionario de la Real Academia Española (RAE) definió la palabra ‘tántrico’ como una tradición esotérica basada en el deseo de lograr una relación espiritual que potencie la relación sexual con nuestra pareja.
En este sentido, el sexo tántrico no conlleva reglas o un manual de instrucciones. En su lugar existe el tantra, una disciplina que utiliza todas las partes del cuerpo en lugar de solo las zonas erógenas y que trascendió con la filosofía budista.
Ya habiendo entrado en materia, debemos tener muy claro que el deseo sexual que culmina con la eyaculación es lo más alejado a los principios del sexo tántrico.
En su lugar debemos hacer uso de todos nuestros sentidos: percibir el aroma de nuestra pareja, hacer contacto visual, acariciar cada parte del cuerpo, besar cada zona sensible, así como sentir los latidos y la respiración.
Estas acciones entre la pareja permitirán ir aumentando los niveles de erotismo y excitación, así el orgasmo que se alcanza mediante el tantra puede ser mucho más intenso y duradero.
A continuación, te damos algunos consejos que te ayudarán a entender este maravilloso campo sexual. No digas que no, si no lo has probado…
Aguantar el clímax. Sin necesidad de recurrir a los conocimientos del tantra, más de una vez hemos considerado que la mejor forma de disfrutar el sexo es aguantando lo más posible las ganas de eyacular.
Aunque no es una conducta contraria para el sexo tántrico, si no se hace correctamente podría terminar causando frustración, así como una incómoda hinchazón en la zona pélvica.
En su lugar, se aconseja usar técnicas de respiración controlada o los ejercicios de Kegel (contracción del músculo pubocoxígeo) que van enfocados con la respiración y los movimientos musculares. Así que deja de estar imaginando partidos de béisbol y duchas frías; enfócate en cada parte y en los movimientos de tu pareja con la intención de disfrutar; no de eyacular.
Miradas que hablan más que las palabras. ¿Cuántas veces no hemos sentido vergüenza por permitir que nuestro compañero de cama nos mire desnudos? Aunque se lea tonto, el tantra requiere, antes de comenzar con el acto sexual, entablar una conexión entre los implicados mediante el uso de sus cinco sentidos.
Esto refiere a percibir olores, saborear, escuchar la respiración y el aliento, tocar las manos, espalda, codos, pies, rodillas y demás partes que ignoramos, pero lo más importante serán las miradas.
El sexo tántrico involucra la aceptación interna y externa del cuerpo y la mente. Es decir, debemos aceptar que nuestro cuerpo tiene marcas o rastros de estrías, así como cicatrices y tamaños diferentes.
Por eso miremos fijamente a la persona, sintamos gusto por su cuerpo permitiendo que se rompan los paradigmas de belleza, dejando que se excite con la silueta que dibuja nuestra figura.
El trabajo en equipo es vital. Por lo general, el acto sexual inicia con el “juego previo”, avanza hasta el coito y finaliza con la eyaculación. Sin embargo, el tantra condiciona este protocolo mediante la distinción que se crea entre un hombre y una mujer, según los conceptos budistas.
En este sentido, la mujer es considerada, dentro del tantra, como una divinidad que merece respeto y cuidados especiales. Esto refiere a su naturaleza sensible, tierna, cariñosa y sensitiva.
Mientras que el hombre tiene como instinto natural proveer a su compañera de gusto y disfrute. De esta forma, el hombre al manifestar sus deseos mediante el trato especial hacia la mujer, esta responderá con picos de excitación que irán aumentando y, eventualmente, causarán en el hombre un inmenso placer al sentirla y observarla.
El sexo es una experiencia que, aunque genera altos niveles de relajación y libera el estrés, puede caer en la monotonía muy fácilmente, lo que culminará en inapetencia sexual, eyaculación precoz y, en muchos casos, infidelidades.
La mejor forma de evitar caer en este remolino de invariabilidad es expandiendo los umbrales de la percepción sexual; atrevernos a realizar actos (sexuales) diferentes, respetando nuestros propios límites; y mostrar una actitud de atención total y receptiva hacia el cuerpo y la esencia de nuestro compañero/a. Escucharlo, sentirlo con sutileza y percibirlo.
Christopher Gutiérrez | @diamantesgopro | Culturizando
Fuentes: Psicología y mente | Diario información | Con bienestar