Canibalismo: el salvaje final de la expedición Franklin
Canibalismo: el salvaje final de la expedición Franklin
La expedición Franklin fue un viaje de exploración británica del Ártico, dirigido por el capitán sir John Franklin… Te contamos el trágico final de la que se consideró la más importante y preparada excursión de la época.
La expedición Franklin fue un viaje de exploración británica del Ártico, dirigido por el capitán sir John Franklin… Te contamos el trágico final de la que se consideró la más importante y preparada excursión de la época.
Sir John Franklin era un experimentado explorador y un oficial de la Armada Real Británica que ya había participado anteriormente en tres expediciones árticas. Su cuarta y última expedición comenzó cuando ya tenía 59 años; partió de Inglaterra en 1845 y pretendía llegar hasta el Oriente por el ‘Paso Noroeste’: una ruta marítima entre el océano Atlántico y el Pacífico que conectaba el estrecho de Bering con el de Davis, atravesando el océano Ártico. El objetivo principal de esta expedición era traspasar y explorar el último tramo del paso del Noroeste, lo que nadie se había atrevido a hacer hasta ese momento…
La expedición Franklin fue definitivamente la más costosa e impresionante de la época, para la cual se emplearon dos buques británicos: el HMS Erebus, de 378 toneladas, y el HMS Terror de 331 toneladas. Ambos barcos estaban sólidamente construidos, equipados con potentes máquinas de vapor, los últimos avances tecnológicos en náutica para ese momento, doble revestimiento del casco, vigas reforzadas en el interior para poder soportar mejor la presión del hielo y proas fortalecidas con planchas de acero para abrirse camino en el cruel océano Ártico.
Se contrató un total de 128 marineros experimentados para esta expedición y se cargaron ambos barcos con 24 toneladas de carne, 35 de harina, 2 toneladas de tabaco, más de 20 mil litros de sopa y 8 mil de licor; más de mil libros para mantener ocupados a la tripulación y, como novedad para ese momento, una inmensa cantidad de latas de conservas. Sin embargo, pese a todos los avances y las previsiones, esta expedición tuvo un trágico final…
Zarparon desde Greenhithe (Inglaterra) el 19 de mayo de 1845 y duraron varios años surcando laberintos de hielo hasta que quedaron atrapados en el estrecho Victoria, cerca de la isla del Rey Guillermo en el ártico canadiense. En un principio intentaron esperar a que el invierno pasara y llegara el verano para que el hielo se derritiera y así poder seguir su camino; sin embargo, eso nunca sucedió…
Aunque algunos de los miembros de la tripulación decidieron quedarse en el barco a pasar un invierno más y otros abandonaron para ir en busca de comida -que para ese entonces ya se les había agotado-, se calcula que en 1848 todos los hombres que habían sobrevivido hasta ese momento desembarcaron el HMS Erebus y el HMS Terror en un intento por seguir con vida… Pero ninguno sobrevivió.
Presionados por la esposa de Franklin y por los familiares de los desaparecidos, en 1848 varios se dispusieron a empezar la búsqueda de la expedición perdida. Para 1850 ya había un total de once buques británicos y dos estadounidenses embarcados en esta búsqueda para la que se ofrecía una enorme recompensa.
Se encontraron las tumbas de tres de los tripulantes -perfectamente momificados- de la exploración Franklin en la costa este de la isla Beechey y, en 1854, el explorador John Rae, pudo contactar con los inuit –nativos de estas tierras- en la costa ártica de Canadá al sureste de la isla del Rey Guillermo, que le confirmaron haber visto a los tripulantes de la expedición en el golfo de Boothia. Más tarde, en 1859, Francis Leopold McClintock descubrió una nota en la isla del Rey Guillermo, dejada allí por algunos marineros con detalles sobre el destino de la expedición antes de morir.
Cadáveres momificados encontrados en la costa este de la isla Beechey.-
En 1981, un equipo de científicos de la Universidad de Alberta, después de estudiar las tumbas, los cuerpos, y otras pruebas materiales dejadas por los miembros de la tripulación perdida en las islas de Beechey y del Rey Guillermo, anunció que muchos de ellos murieron a causa de neumonía, tuberculosis e hipotermia. Sin embargo, la causa principal de muerte fue envenenamiento por plomo, proveniente de las latas de conservas y de las tuberías de agua potable de los barcos.
El plomo también provocó que muchos de los tripulantes desarrollaran comportamientos extremadamente violentos, y eso sumado a la desnutrición por la falta de alimentos, los condujo a cometer actos de canibalismo: muchos de los cuerpos que se encontraron a lo largo de los años presentaban mutilaciones, no poseían órganos internos, tenían fracturas de cráneo –realizadas para sorber los cerebros de las víctimas-, tenían la carne arrancada y los huesos raspados…
A pesar de este atroz final, después de la desaparición de la expedición los medios de comunicación presentaron a John Franklin como un héroe y le quitaron importancia al fracaso de la excursión y a los informes sobre canibalismo… Se levantaron estatuas en su honor en su ciudad natal y por muchos años se le atribuyó el descubrimiento del ‘Paso del Noroeste’, aunque en realidad este no fue atravesado hasta 1903.
El 7 de septiembre de 2014, el HMS Erebus fue hallado en una expedición realizada por investigadores de Parks Canada cerca de la isla Rey Guillermo y, el 12 de septiembre de 2016, se conoció que había sido encontrado el HMS Terror, también cerca de esta isla.
Por Diana Carolina Fernandes | @dianacarolina_f | Culturizando
Con información de: La Brújula Verde | Discovery Channel |