Trans-age: La nueva excusa para justificar la pedofilia

A principios de 2018 Joseph Roman de 38 años fue acusado por la violación de tres niñas menores de edad -dos de 6 años y una de 8- en Chicago, Estados Unidos, después de que los padres de una de ellas descubrieran lo que estaba ocurriendo.

Roman confesó haber abusado de las niñas en repetidas ocasiones desde el 2015 hasta ser descubierto el 6 de enero del presente año.  

Sin embargo, a pesar de confesar el crimen, Roman intentó justificar sus terribles acciones alegando que era una persona “trans-age” y que merecía respeto y aceptación por ello ya que “no lo podía evitar”: era un niño de 9 años en su “interior”.

A lo largo de los últimos años, el colectivo LGTBIQ+ (Lesbianas, Gais, Bisexuales, Transexuales/Transgénero, Intersexuales, Queers y demás) se ha abierto paso en la ardua lucha contra la discriminación, estando cada día más cerca de lograr finalmente la equiparación y reconocimiento de los derechos de las personas a ser aceptados (legal y moralmente) por algo que es perfectamente normal… 

No obstante, a pesar de que han hecho muchos avances para llegar a la meta, sus esfuerzos se vieron manchados ante los ojos de muchos por este nuevo término que algunas personas defienden, el ‘trans-age’ o ‘trans-edad’: asociado con el “transgénero” pero que se usa para definir a las personas que no se identifican con la edad que tienen.

Este término surgió a mediados del año 2015 cuando el colectivo LGTBIQ+ utilizó, como una razón para defender los postulados de la ideología de género, la dramática historia de Paul.

Paul era un hombre canadiense de 46 años que tenía siete hijos con su esposa, una mujer con la que había estado casado durante 23 años. Había vivido una vida aparentemente normal, hasta que un día en el 2007 sentó a su familia en la mesa para decirles que quería ser transgénero; que había decidido cambiarse de sexo y asumir su "verdadera identidad": una pequeña niña de 6 años. 

Su familia no le prestó apoyo en esta decisión y su esposa lo obligó a escoger entre su familia o vivir siendo lo que realmente quería ser. La decisión estaba clara para Paul y, tras divorciarse de su mujer, cambió su nombre a Stefonknee Wolscht.

Después de eso, Stefonknee se mudó a Toronto para empezar a vivir su "sueño". Y aunque en un principio se sentía sola, la despidieron de su trabajo y tuvo que vivir en un lugar de acogida durante varios meses, todo cambió cuando una familia la “adoptó” y le empezó a dar "el apoyo necesario" para seguir adelante con su nueva vida.

A pesar de que la historia de Stefonknee ha servido de “inspiración” para muchas personas alentándolas a seguir sus “sueños” y ser felices sin importar el costo que tengan que pagar -y a su vez haya servido como una base para defender la diversidad-, ha dado pie a que personas como Joseph Roman intenten justificar y convertir en algo defendible el terrible crimen de la pedofilia, alegando ante la ley que, a pesar de tener 38 años de edad, es simplemente “un niño de 9 años atrapado en el cuerpo de un adulto” y que no puede evitarlo…

Por Diana Carolina Fernandes | @dianacarolina_f | Culturizando

Con información de: The Daily Xtra | Gaceta | Cronical Global | The Odyssey Online