¿Qué es el steampunk?
¿Qué es el steampunk?
Si te llama la atención esa estética retrofuturista de corte victoriano, pero no lo tienes muy claro aún; te explicamos todo lo que tienes que considerar para entender este subgénero de la ciencia ficción...
Si te llama la atención esa estética retrofuturista de corte victoriano, pero no lo tienes muy claro aún; te explicamos todo lo que tienes que considerar para entender este subgénero de la ciencia ficción...
Si eres de aquellos fascinados por los contextos y estéticas retrofuturistas; el ‘steampunk’ se destaca por mostrarnos un alternativa a esos paisajes quizás más tradicionales dentro de la corriente de la ciencia ficción.
El steampunk como género literario es relativamente nuevo, con raíces que apenas se remontan a los años 70 y que adquirió un nombre recién en 1987. Pero las semillas del steampunk se remontan al siglo XIX, cuando Julio Verne, HG Wells, Mary Shelley y otros escribieron sobre temas steampunk-ish, allanando el camino para una variedad de encarnaciones modernas.
Tuberías y atuendos con actitud 'punk-rock'
Fue ganando poco a poco prominencia a partir de los años 90, tuvo comienzos muy humildes como subgénero de la ciencia ficción. Hoy el steampunk se ha convertido en un fenómeno cultural que combina "una estética victoriana y una actitud punk-rock", influyendo más que solo en el ámbito de la literatura.
Aquí la tecnología se basa en la fuerza de vapor, sin motores de combustión interna, pavimentando un camino para el transito de artilugios en ocasiones muy avanzados -computadoras mecánicas, zepelines del siglo XXII, aerodeslizadores a vapor, robots con resortes, armas-, que lucen con esa estética tan propia. También no quedan de lado los vestuarios, en los que lentes, sombreros, corsés, binoculares y zapatos adoptan estas formas; donde es muy común ver una mezcla entre pasado y futuro.
Orígenes del steampunk
¿Quién fue el precursor de este movimiento? La creación del término "steampunk" generalmente se atribuye al autor de ciencia ficción K.W. Jeter, quien lo usó en una carta a Locus Magazine. Estaba tratando de encontrar una manera de describir las novelas de fantasía victorianas como las escritas por él mismo (Morlock Night and Infernal Devices), Tim Powers (The Anubis Gates) y James Blaylock (Homunculus).
Aunque muchas veces esta estética es mencionada como “fantasía victoriana”; no es adecuado explicar todo el extenso mundo del steampunk con ese término, ya que abarca mucho más como en conflictos que alcanzan desde los contextos distópicos, ucronías (realidades alternativas a partir de hechos históricos conocidos), viajes en el tiempo o guerras apocalípticas, apoyados en tecnología impulsada por vapor y accionada por los clásicos engranajes de relojería.
El género no se queda solo allí, también muestra criaturas genéticamente modificadas de darwinistas (trilogía Leviathan de Scott Westerfeld) hasta elementos de lo sobrenatural que podemos apreciar en Las puertas de Anubis, de Tim Powers; Soulless, de Gail Carriger; o Anno Dracula, de Kim Newman.
La influencia de steampunk en el siglo XXI ha invadido películas, televisión, arte, música y moda, incluida una rama del Movimiento Maker: dedicados DIYers que fabrican desde generadores electrostáticos hasta sombrillas y corsés, artículos para el hogar con gofres y relojería. Incluso los diseñadores de Prada, Versace y Kenneth Cole han incorporado el estilo steampunk en sus prendas y accesorios.
Para terminar, el steampunk representa una crítica de la sociedad, en cierto sentido aborda algunos conflictos de su género hermano el cyberpunk, pero sin llegar a ser tan sombrío y pesimista. Se presenta con la intención de querer cambiar un pasado por otro completamente diferente, explorando especialmente la tecnología derivada del vapor (steam en inglés) y mecanismos que se alejan totalmente de la circuitería, chips o tecnología LCD en pantallas; en fin, de nuestra tecnología basada principalmente en diesel, lo que abre otro mundo de infinitas posibilidades.
Cabe mencionar que la electricidad está presente, pero se aleja de la forma en que la manejamos actualmente; quedando como una energía experimental o muy novedosa.