Un ladrillo que se construye a partir de orina humana

Para fabricar un kilo de ladrillos de arcilla se necesita consumir 1,89 litros de agua y gastar 3,56 megajulios, para así emitir 270 gramos de CO2 a la atmósfera; lo que se traduce en un alto costo ambiental para producir un ladrillo, pues el peso de estos varían entre 3,5 y 6,5 kg por ladrillo. Esto ha dado a lugar a que surjan diversas investigaciones para conseguir una manera más ecológica de construir con ladrillos.

El bioladrillo fue creado gracias a un equipo de estudiantes de la Universidad de Ciudad del Cabo en Sudáfrica, que ha realizado investigaciones para dar con un ladrillo que utilice menos recursos, pero que mantenga su función. Este estudio lo ha supervisado el profesor Dyllon Randall, quien ha ofrecido diversos comunicados respecto al tema.

La construcción del ladrillo se produce a través de un proceso llamado precipitación de carbonato microbiano. Consiste en que las bacterias que producen la enzima ureasa -que descompone la urea de la orina- colonizan la arena suelta, y a través de una reacción química compleja producen carbonato de calcio. 

Esta reacción cementa la arena y se le puede moldear a cualquier forma, en este caso, un ladrillo de construcción rectangular. Lo más significativo de este avance, es que el material principal es la orina humana y permite dar un paso adelante sobre el reciclaje de residuos. 

Este concepto de utilizar la urea para crear ladrillos se probó en Estados Unidos; la diferencia con esta investigación actual es que realmente se utiliza orina humana para el cultivo. 

El avance en este material de construcción para el futuro es una gran noticia para el beneficio del medioambiente y reducir el calentamiento global; pues no se requiere un horno -como lo exige la producción de los ladrillos convencionales-, evitando así la emisión de grandes cantidades de dióxido de carbono, gracias a su capacidad para ser fabricado en temperatura ambiente con compuestos derivados de la orina humana.