La controvertida desaparición de Donald Crowhurst

Simon Crowhurst, el hijo del navegante, tenía ocho años cuando vio a su padre por última vez. Recuerda haber salido con el resto de la familia en una lancha a motor; que su padre navegaría alrededor del mundo. "En la cubierta del Teignmouth Electron, nos dio un beso de despedida. Creo que dijo algo así como: 'Cuida a tu madre', y luego se fue", dice Simon, casi 50 años después. "Recuerdo haber visto la vela cada vez más pequeña y desaparecer en el horizonte. No pensamos entonces que no volveríamos a ver a mi padre".

Simon tenía nueve años cuando supo que su padre había muerto. "Mi memoria eran dos monjas que bajaban por el camino y hablaban con mi madre, y mi madre nos llevaba a la habitación que compartía con mi hermano menor, Roger. Ella nos sentó en la cama, dijo que el bote había sido encontrado y que él no estaba allí. Luego ella se echó a llorar ".

La trágica historia del último viaje de Donald Crowhurst es bien conocida. El 31 de octubre de 1968, el último día que las reglas lo permitieron, partió en el Sunday Times Golden Globe Race, una competencia para ver quién sería la primera persona en navegar sin parar por el mundo. Él no estaba preparado y carecía de fondos suficientes; su bote de 35 pies era inadecuado y con fugas, no podía competir con las monstruosas olas del océano Austral.

Donald nunca llegó al océano Austral. Después de verse acosado por problemas y quedarse cada vez más atrás de sus competidores, Crowhurst se enfrentó a una elección imposible: continuar hasta su muerte o regresar humillado y en la ruina financiera (había apostado todo, incluyendo su casa, en la carrera). Acorralado encontró una tercera vía: comenzó a informar posiciones falsas, inventando un viaje que no estaba haciendo, pretendiendo circunnavegar el globo terráqueo cuando en realidad nunca abandonó el Atlántico.

El primero en darle la vuelta al mundo fue Robin Knox-Johnston. Otro navegante llamado Nigel Tetley parecía que iba a reclamar el premio por el mejor tiempo, pero terminó por hundirse (y fue rescatado). Y es así cómo casualmente, Crowhurst -el único otro competidor que quedaba en la carrera-, iba a ser el más rápido, reclamar el Globo de Oro y convertirse en un héroe nacional. Obviamente sus libros de registro serían revisados rigurosamente.

Pero Crowhurst nunca regresó a casa. El Teignmouth Electron fue encontrado a la deriva y abandonado. A bordo estaban los libros de registro que mostraban su viaje real, junto con los datos que explicaban cómo había hecho una reclamación de velocidad falsa, y las indicaciones de que había trabajado en una cuenta de navegación falsa. También contenían evidencia de su estado psicológico; una interpretación filosófica incoherente garabateada y tachada de la condición humana. La última página contenía las palabras: "No necesito prolongar el juego" y "Todo está acabado, está terminado, ES LA MISERICORDIA".

El relato ha capturado la imaginación desde entonces, se han hecho libros, documentales, una instalación de arte, una ópera; inclusive se estrenó una película en el Reino Unido llamada The Mercy, protagonizada por Colin Firth.

Simon, ahora de 57 años, entiende los niveles obsesivos de interés en la historia de su padre. "Las personas pueden identificarse con una situación en la que sienten que se cierran sus opciones y que las lleva a un curso de acción con el que normalmente no tienen nada que ver", dice, sentado en la mesa de la cocina de su casa de Cambridge.

Aunque si por la familia fuera, nunca se hubiera realizado la película, ya que cuenta una serie de eventos que los han afectado profundamente, en diferentes formas. Un detalle que los molestó especialmente fue que hay tres niños de Crowhurst, en lugar de cuatro; un hermano fue cortado.

Pero Simon también ve el punto de vista de los cineastas. "Aquí hay una historia interesante, han adquirido los derechos de la película, ¿por qué no pueden contarla? Está afuera, o parte de eso. Pero para mi familia es diferente. Parece intrusivo, una especie de violación".

"La mayor parte se relaciona con la forma en que ve su situación al final del viaje. Su culpabilidad, mucho de eso es, por implicación, su sentido de culpa. Y los pecados: el pecado de la ocultación, de no estar donde se supone que debes estar, escondido".

La página final del registro -"Está acabado, ES LA MISERICORDIA"- ha sido arrancada, aunque Simon tiene la página. Él piensa que fue el capitán del barco que encontró al Teignmouth Electron quien la rompió, porque sintió que sería insoportable para la esposa e hijos de Crowhurst verla.

Mucho se ha especulado sobre lo que pudo haberle pasado al navegante, pero al parecer será otro misterio más que se suma a los ya incontables que tiene el mar.

Con informacion de:

• cnn.com
• theguardian.com