Secuoyas, los rascacielos de la naturaleza

Ubicados en un pequeño bolsillo en las laderas occidentales de la Sierra Nevada de California, se encuentran algunos de los árboles más extraordinarios del planeta: la especie Sequoiadendron giganteum mejor conocida como las secuoyas gigantes. Uno de los tres miembros de la subfamilia Sequoioideae de la familia de los cipreses; las secuoyas gigantes y sus primos Sequoia sempervirens -las secuoyas costeras-, tienen los récords de los árboles más grandes y más altos del mundo. ¿Qué otros secretos tienen que contar estos gentiles gigantes?

Las secuoyas gigantes tienen requisitos climáticos muy específicos; tan específicos que crecen de forma natural solo en una franja estrecha de bosque de coníferas mixtas de 260 millas en las laderas occidentales de las montañas de Sierra Nevada, principalmente entre 1.524 y 2.133,6 metros de altura sobre el nivel del mar.

Las secuoyas gigantes solo se reproducen por semillas que a veces permanecen en el cáscara durante 20 años. Los incendios forestales ayudan a abrir los conos que luego crecen del suelo quemado y desnudo.

Algunas secuoyas gigantes raras han crecido a más de 92 metros, pero es la circunferencia gigante lo que las distingue. Por lo general, tienen más de 6 metros de diámetro y hasta 10,6 metros de ancho. Se necesitarían alrededor de seis personas estiradas de la cabeza a los pies para que coincida con este ancho.

Mientras que el árbol más alto del mundo es el Hyperion -una secoya costera que mide unos impresionantes 115,5 metros de altura-, el árbol más grande del mundo en volumen es el General Sherman, una secuoya gigante, con un total de 52,508 pies cúbicos.

El General Sherman no solo es el árbol vivo más grande, sino el organismo viviente más grande, por volumen, en el planeta. Con 2.100 años de edad, pesa más de 2000 toneladas, mide 83,8 metros y tiene una circunferencia de 31 pies en el suelo. Posee ramas que tienen casi 2,1 metros de diámetro.

Son sumamente resistentes debido a la presencia de ácidos tánicos; soportan la putrefacción fúngica, los escarabajos perforadores de madera y su gruesa corteza resiste las llamas.

Su resistencia y tamaño están conectadas con su edad, pues a diferencia de los mamíferos, simplemente siguen creciendo y creciendo a medida que envejecen.

Con información de Tree Hugger.