Margot Duhalde, la piloto chilena luchó en la II Guerra Mundial
Margot Duhalde, la piloto chilena luchó en la II Guerra Mundial
Durante la Segunda Guerra Mundial, una piloto conmovida por la situación que se estaba dando en el continente europeo, allende las aguas del Atlántico, decide unirse a las fuerzas aéreas aliadas. Persistiría en su intención hasta que es finalmente aceptada. ¿Conoces a esta inspiradora mujer?
Durante la Segunda Guerra Mundial, una piloto conmovida por la situación que se estaba dando en el continente europeo, allende las aguas del Atlántico, decide unirse a las fuerzas aéreas aliadas. Persistiría en su intención hasta que es finalmente aceptada. ¿Conoces a esta inspiradora mujer?
Margot Duhalde, la piloto chilena luchó en la II Guerra Mundial
Durante la Segunda Guerra Mundial, una piloto conmovida por la situación que se estaba dando en el continente europeo, allende las aguas del Atlántico, decide unirse a las fuerzas aéreas aliadas. Persistiría en su intención hasta que es finalmente aceptada. ¿Conoces a esta inspiradora mujer?
El 12 de diciembre de 1920 nació Margot en un hogar humilde, dentro del cual ella era tan solo uno de los 12 hijos del matrimonio Duhalde-Sotomayor. Durante los primeros años de su vida se dedica a colaborar con los oficios del hogar y otras tareas diversas relacionadas con la agricultura, labor que sostenía a todos los miembros de su núcleo familiar inmediato.
Pero Margot, de carácter “decidido y testarudo” según sus propias palabras, en lugar de resignarse a este trajinar, desarrolló con el tiempo un sueño de improbable alcance para una persona de su sexo: pilotar aviones.
Al alcanzar la mayoría de edad, la entusiasta joven le revela sus propósitos a sus progenitores. El recelo es la respuesta principal de los padres, pero luego de las insistencias recurrentes de la hija, estos finalmente ceden y con su venia la señorita Duhalde se transporta a Santiago para iniciar sus estudios de aviación.
Una vez allí el problema pasa a ser que ningún instructor accede a darle clases, presumiblemente porque se trata de una mujer, aunque la excusa más común se apoyará en su falta de recursos económicos.
Margot, a pesar de todo, no desiste de sus intenciones, y la fortuna la pone en dirección de César Coppeta, uno de los pioneros de la aviación en Chile.
En 1938, luego de recibir el entrenamiento de Coppeta, Duhalde se gradúa como piloto. A partir de ese momento empezaría a ejercer como aviadora civil, a pesar de lo cual en su corazón otro designio arriesgado iba a formarse muy pronto.
Al ver todos los horrores que están tomando lugar en Europa, debido al estallido de la Segunda Guerra Mundial, Margot decide partir hacia Francia, para ofrecerse como voluntaria en las Fuerzas Aéreas de ese país.
Pero su llegada al país europeo es más desastrosa que grata, ya que poco después de su arribo es encarcelada. Más tarde, ya libre, las autoridades francesas le aclaran que, por un error, su nombre fue tomado por el de un chico.
Luego del incidente el Comité Militar Francés le niega el ingreso y Duhalde termina como ayudante de servicio doméstico en una casa de reposo para pilotos lesionados. Este traspié llega a su fin cuando un subteniente francés, enterado del propósito del viaje de la aviadora, le da una carta de recomendación, para que se presente en la Air Transport Auxiliary (división de la Royal Air Force inglesa).
Con la carta de recomendación en el equipaje, Margot se muda a Londres. Allí se enlista en la aviación inglesa, donde empieza a trabajar primero como mecánico, hasta que está relacionada con los términos de vuelo del idioma anglosajón. Más tarde es contratada como piloto, con el objeto de ayudar a transportar provisiones y otras mercancías a diversas bases.
Durante los días de la guerra Margot vivió muy de cerca el peligro del combate aéreo. Esta valiente piloto llegó a manejar más de cien modelos distintos de aviones, entre los que se cuentan bombarderos y cazas.
En 1946 las autoridades francesas la condecoraron con la Legión de Honor, en reconocimiento a su labor durante el terrible choque. Esta insigne mujer falleció el 5 de febrero pasado, en un hospital de Santiago de Chile, a los 97 años, luego de haber tenido una vida ejemplar y de demostrar que el sexo no es una barrera para cumplir con los oficios más exigentes.
Francisco Guatoro
Fuente consultada: Tempusfugit.