El delicioso origen de los nachos
El delicioso origen de los nachos
Solos, con queso o con guacamole, los nachos han pasado de ser un aperitivo singular a un ícono de la cultura gastronómica en el mundo. Pero estos deliciosos triángulos también tienen un origen muy particular.
Solos, con queso o con guacamole, los nachos han pasado de ser un aperitivo singular a un ícono de la cultura gastronómica en el mundo. Pero estos deliciosos triángulos también tienen un origen muy particular.
Los nachos, esas tortillas duras que sirven de aperitivo o abreboca y quedan excelentes con muchas combinaciones, surgieron en la ciudad de Piedras Negras, una localidad muy cercana a la frontera estadounidense gracias al ingenio de Ignacio Anaya.
Anaya era el maître de un restaurante que fue visitado en 1943 por las esposas de soldados americanos en servicio en el Fuerte Duncan, ubicado en una ciudad cercana a Piedras Negras, en el estado de Coahuila. Las mujeres fueron recibidas por Ignacio, aunque el restaurante ya había cerrado por el día.
Con lo poco que sobraba del turno: tortillas, queso y jalapeños, Ignacio logró preparar el ahora icónico plato al cual nombró “Los especiales de Nacho”. Las mujeres fascinadas regresaron a los EE.UU. donde empezaron a correr la voz de los especiales nachos.
El tiempo pasó y para 1954, Anaya se encontraba trabajando en otro restaurante, el Modesto, el cual aún hoy en día mantiene la receta original. El plato llegó a aparecer en libros de cocinas y a ser imitado por otras personas como Carmen Rocha, una mesera que los popularizó en la ciudad norteamericana de San Antonio.
Pronto todo Texas y el suroeste de los EE.UU. conocía el plato. Las compañías de alimentos empezaron a producir sus propias versiones con diferentes toppings y con tortillas ya hechas. La popularidad de los nachos se masificó luego de que en un juego de fútbol americano en los 70, un comentarista mencionara el plato.
Lastimosamente, Anaya murió en 1975. Su legado continuó con su hijo Ignacio Anaya Jr. quien mantuvo la tradición de ser el juez en un competencia de nachos en el pueblo de Piedras Negras hasta su fallecimiento en 2010.
Hoy en día una placa conmemorativa posa en la ciudad de Piedras Negras donde una noche de ingenio llevó a Ignacio a ser conocido por su invento y por su apodo en todo el mundo.