El oscuro origen de Madame Tussauds
El oscuro origen de Madame Tussauds
Detrás de la famosa cadena de museos de cera que atrae a cientos de visitantes en varias de las ciudades más importantes del mundo se esconde un origen algo espeluznante.
Detrás de la famosa cadena de museos de cera que atrae a cientos de visitantes en varias de las ciudades más importantes del mundo se esconde un origen algo espeluznante.
Muchas son las personas que conocen así sea por el nombre a Madame Tussauds. Esta famosa cadena de museos es reconocida por sus esculturas en cera de todo tipo de celebridades: desde presidentes hasta figuras religiosas, pasando por músicos, escritores y científicos. Tiene sedes en muchas ciudades famosas como Nueva York, Londres, París, Tokio y Sydney.
Pero el origen es mucho más espeluznante que una mala figura de cera... Todo comienza por el nombre: Madame Tussauds fue una mujer real que vivió en la época de la Revolución Francesa.
Esta francesa, cuyo nombre era Anne Marie, terminó trabajando como mucama en casa de un hombre en Suiza llamado Philippe Curtius, quien se dedicaba a hacer, coincidentemente, réplicas de cera de partes humanas.
Su trabajo fue reconocido y esto lo llevó a París donde junto a Anne Marie y su "Gabinete de retratos en cera" llegó a captar la atención de Luis XV. Este le pidió hacer una escultura de su amante más famosa, Madame du Barry (el cual aún se conserva).
Cabe destacar que Marie se volvió una excelente aprendiz y llegó a obtener fama dentro del Palacio de Versailles con sus réplicas de Voltaire y Benjamin Franklin.
Esta conexión que tuvo tan cercana con la familia real le daría un giro inesperado a su vida cuando la Revolución Francesa llegó. Sintiéndose acorralada, Anne Marie trató de escapar, pero fue capturada. En prisión, llegó a ser rapada y preparada para la guillotina, pero una persona que la conocía logró zafarla de este cruento final.
La habilidad de Anne Marie pasó de ser un arte a una tortura pues fue empleada por los revolucionarios para hacer réplicas de cera de las cabezas de los guillotinados que serían exhibidas ante el pueblo para ahuyentar a los disidentes. Por sus manos llegaron a pasar las cabezas de aquellos a quien alguna vez ella conoció como María Antonieta y el rey Luis XVI.
A pesar de que la revolución acabó, inmediatamente después llegó Napoleón, pero Marie afortunadamente logró irse con sus hijos a Londres donde luego de varios años de exhibiciones puedo montar su propio museo de esculturas en la calle Baker de Londres. Y con el paso del tiempo y de las generaciones, los Tussauds lograron expandir su marca a lo que es hoy en día. Aún, dentro del museo en Londres, hay figuras hechas por la misma Madame Tussaud.
Gracias al cielo que ahora para hacerlas no necesitan la cabeza de nadie.