El austero Cadillac de Warren Buffett

La elección fue afortunada, este es un sedán con tecnología bien probada por parte de Cadillac y con todos los lujos que se podría esperar en esa época.
A principios del 2000, Cadillac ya se encontraba en una transición para hacer sus coches más deportivos y emocionales. El DTS refleja esa transformación, principalmente en su diseño. La marca tenía en aquella época el eslogan “Art & Science” (arte y ciencia, en español) y, de hecho, presumía que involucraba a ambas disciplinas en la creación de sus coches.

Pero además de la estética, dichos autos brillaban por su suavidad de manejo. El DTS es un Cadillac a la usanza clásica, con una suspensión que perdona a los pasajeros de cualquier pavimento y suficiente espacio para llevar hasta a cinco ejecutivos.
Y, si quería salir a toda velocidad, éste se trataba de un Cadillac con suficiente potencia para hacerlo. El motor era el venerable Northstar, uno de los mejores V8 que ha construido la marca, con 32 válvulas y 4.6 litros de desplazamiento.
En algunas aplicaciones, la potencia superaba los 300 caballos con facilidad. En el DTS, dicha motorización era más conservadora, con entre 275 y 291 caballos. En comparación con el Mustang de la época, tenía 9 caballos más.

La transmisión era una automática de cuatro velocidades y calibrada para optimizar rendimiento de combustible. Quizá la limitación más fuerte del tren motriz estaba en la tracción y es que los motores Northstar se utilizaban en plataformas de tracción delantera. Y el DTS no era la excepción.

Buffett, quien cuenta con una fortunada valorada en 88 mil 300 millones de dólares, seguramente estuvo satisfecho con su coche por 8 años (claramente no tendría problemas para adquirir cualquier otro en el mundo), e incluso hubiera podido durar más con él a no ser por Mary Barra. La empresa del inversionista es un importante tenedora de acciones de General Motors y en una reunión entre Buffett y Barra la directora le hizo ver las ventajas de los coches nuevos.

El empresario cambió su coche: el seleccionado fue un Cadillac XTS. Nuevamente un sedán, pero éste con un twin turbo V6 de 3.6 litros y 410 caballos de fuerza, además de la opción de tracción permanente en las cuatro ruedas.