Impala: la gacela inspirada en Corvette
Impala: la gacela inspirada en Corvette
Este sedán no sólo estuvo inspirado en el antílope africano, también recibió la herencia en diseño de su hermano Corvette.
Este sedán no sólo estuvo inspirado en el antílope africano, también recibió la herencia en diseño de su hermano Corvette.
En 1958, se presentó el Impala como una submarca del Bel-Air. Chevrolet lo anunciaba como el auto para “demostrar quién es el jefe…”.
En diseño, había similitud con el Corvette, pues se usaron faros dobles, el cromo era abundante en todos los flancos, y atrás aparecieron los tres faros que se volverían icónicos. Y no sólo eso, incluso los logotipos se parecían, pues el Impala fue diseñado con el Corvette en mente.
La primera generación duró unos cuántos meses y estuvo a cargo de Harley J. Earl, uno de los diseñadores más importantes de todos los tiempos y en gran medida responsable de una época de oro para el diseño de Detroit.
Earl tuvo en su haber muchos diseños icónicos de producción e, incluso, a él se le atribuye la creación del primer vehículo conceptual, el Buick Y-Job de 1938.
Para los cincuentas, los conceptuales eran ya comunes, y el Impala tuvo el suyo durante el Motor Show de Nueva York en 1956. La visión de los diseñadores era hacer un sedán del Corvette, por lo que se puede ver un frente muy parecido, y ni qué decir del emblema del coche.
La generación dorada del Impala 58 duró sólo un año. Fue el último año de Earl y le sustituyó Bill Mitchell, quien vendría a hacer cambios importantes y dar una evolución positiva a los diseños de GM. Para 1959, el Impala era ya una marca independiente, con un perfil mucho más bajito, faros a los lados de la parrilla y la evolución de las aletas traseras.
El nombre Impala ha entrado y salido de la gama de Chevrolet en varias ocasiones. Aunque en México actualmente no existe este modelo, en Estados Unidos es el sedán más grande y lujoso de la marca.