La arquitectura del Porfiriato

Su construcción data del final de mandato de Díaz, pero se inauguró hasta el 29 de septiembre de 1934 por Abelardo L. Rodríguez.

El proyecto fue liderado por el arquitecto italiano Adamo Boari, el cual comenzó a construirse el 2 de agosto de 1904 como reemplazo del Teatro Nacional de México.

El creativo tomó como inspiración los mejores teatros de la época, por lo que decidió colocar la cúpula al frente del edificio para tener un vestíbulo de una altura de 40 metros.

Se tenía planeado que la duración fuera de cuatro años y al final, se completó tras 30 años.

Después de que Boari abandonará México debido al estallido de la Revolución Mexicana, el arquitecto Federico Mariscal continuó con la obra.

En este recinto de las artes, abundan estilos modernos, así como rasgos del art noveau y deco.

Desde 1907, se ha registrado un hundimiento de la construcción.

Declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO en 1987.

La idea principal fue fungir como la sede del Palacio Legislativo Federal.

El proyecto fue otorgado al italiano Pietro Paollo Quaglia, quien falleció en 1899, antes de empezarlo.

Por ello, pasó a manos del arquitecto Émile Bénard, pero por 20 años, se detuvo la construcción debido a los gastos destinados para combatir las guerras revolucionarias.

La obra de cimentación y estructura se llevó a cabo por parte de la compañía especializada en acero, Milliken Bross.

Para costear la construcción, se aceptaron donaciones, se creó un patronato y se vendieron bienes del Estado, como una vajilla de plata que se iba a ocupar para el restaurante del Palacio de Bellas Artes.

El 23 de septiembre de 1910, el artífice Bénard organizó un acto en el que asistió Porfirio Díaz para la celebración de la primera piedra. En esta, se enterró una cápsula del tiempo que contenía monedas, periódicos, fotografías y documentos de la época que hasta el momento no ha sido encontrada.

Situado en el Centro Histórico, igualmente fue diseñado por el arquitecto Adamo Boari y el ingeniero mexicano Gonzalo Garita.

Anteriormente fungió como el Hospital de Terceros de San Francisco.

Es conocida también como Quinta Casa de Correos, ya que es la quinta sede del correo mexicano.

Las obras se inciaron en 1902 y Díaz puso la primera piedra. Cinco años después, se inauguró en un acto simbólico en el que el político depositó dos tarjetas postales.

Lo ecléctico y gótico acentúan esta edificación, al igual que los materiales utilizados: mármol, cantera, herrería de bronce y cristal.

Tiene cuatro niveles y se dice que en la sala de recepciones Bartolomé Galloti, Porfirio Díaz se reunió con su comitiva antes de inaugurar el recinto.

Ubicado en la glorieta de Paseo de la Reforma y mejor conocida como el Ángel de la Independencia, es una estructura que se ha convertido en un símbolo nacional.

Porfirio Díaz la inauguró el 16 de septiembre de 1910, pero fue el 2 de enero de 1902 cuando fue la ceremonia de colocación de la primera piedra, en la que se colocó un cofre con el acta y monedas de cuño de la época.

Tras el concurso, el designado fue el arquitecto Antonio Rivas Mercado, el ingeniero Roberto Gayol realizó la obra y Enrique Alciati se encargó en gran parte de las esculturas.

Cuando ya habían empezado la construcción con la base de hormigón y piedra, el hundimiento se hizo visible, por lo que fue necesario demoler y volver a planear el monumento, ahora, con pilotes de hormigón.

Originalmente, constaba de nueve escalones, pero debido al hundimiento permanente y al sistema de pilotes de punta que lo sostienen, ha sido necesario agregarle 14 escalones más.

La columna mide 36 metros de altura y una vez sumada la altura de la corona, alcanza en total 45 metros.

Hoy es el Museo Nacional de las Artes (MUNAL), en donde anteriormente eran los terrenos del Antiguo Hospital de San Andrés.

En 1982 se designó como el MUNAL y en 1987 fue declarado Monumento Artístico por decreto presidencial.

En 1904, Porfirio Díaz designó a Silvio Contri, arquitecto italiano, para ser el responsable de la edificación. Pero hasta 1912, en el gobierno de Francisco I. Madero, se inauguró el edificio y por fin, se pudo utilizar.

Al igual que la mayoría de los inmuebles erigidos en esa época, la estructura metálica estuvo a cargo de la empresa Milliken Bross.

Localizado en la calle Tacuba, la fachada y muros resaltan de entre las demás construcciones, pues es completamente de cantera gris y tiene una influencia de corte renacentista y neoclásica.

Los ornamentos en piedra, muebles, herrería, pinturas, cristales y puertas fueron creados por Mariano Coppedé en colaboración con su familia.

Se le denomina como planta clásica con acceso de doble altura, en donde la parte lateral conduce a unas escaleras de trazo helicoidal.

Es una plaza rectangular ubicada dentro de lo que lo forma el primer cuadro del Centro Histórico.

Díaz se decantó por instalar un espacio público, que a su vez sirviera para que los usuarios pudieran apreciar las edificaciones de alrededor.

Entre los inmuebles que goza de estar rodeada están el MUNAL, el Palacio de Minería y el edificio Maroni.

Es una visita obligada, ya que en la parte central contiene una escultura muy popular de Manuel Tolsá, la estatua ecuestre de Carlos IV, mejor conocida como el Caballito. Por ello, se dedicó esta zona como homenaje a dicho arquitecto y escultor español.