Matrimonios reales entre primos

A lo largo de la historia, el matrimonio entre primos nunca estuvo mal visto. Incluso la realeza consideraba que era la mejor manera de mantener el linaje y la sangre pura de sus familias, pero otros sí encontraban el amor real y sin conveniencias en algún familiar.

Es por esto que en algún punto todas las familias importantes de Europa estaban conectadas y eran parientes entre sí.

La recordada reina de Inglaterra no se casó con su primo por obligación ni alianza, sino por amor. Realmente se trató de una relación pasional e intensa.

Se conocieron en 1836, un poco antes de que ella accediera al trono. Solo cuatro años más tarde se casaron y a lo largo de su relación tuvieron nueve hijos. Casi todos se casaron con familias importantes de toda Europa y por eso la conocen como “la abuela del Viejo Continente”. Luego de que Alberto muriera, la reina quedó terriblemente afectada, suspendió sus apariciones en público y tomó el luto por el resto de su vida. 

Los últimos zares de Rusia eran primos segundos y el amor surgió cuando apenas tenían 12 años. Luego fueron separados y hasta los 17 años estuvieron hablando por correspondencia; después al verse de nuevo el amor siguió igual de fuerte. Ambos querían casarse pero el entonces zar Alejandro III quería que su hijo contrajera nupcias con alguien que le diera buenas alianzas políticas y estratégicas.

Pero luego de peleas y luchas entre familia, se casaron con la bendición del zar quien estaba a punto de morir. La relación de ambos la definían como tierna y muy apasionada; muchos le atribuían al nuevo zar que estaba tan enamorado que no podía concentrarse en sus labores como gobernador, y al tiempo el pueblo se reveló contra los casi 300 años de gobierno de su familia.

Como dato curioso podemos contarte que Alejandra era nieta de la reina Victoria de Inglaterra y además una de sus favoritas.



Titi González Méndez | Culturizando
Con información de supercurioso.com