¿Qué tan sana está tu mente?

Tu cerebro y tus capacidades están perfectamente desarrollados.
Te sientes cómodo donde estás. Sabes cómo utilizar tu energía de manera eficiente y aprovecharla para lo que te place.

No estás buscando el sentido de la vida porque ya has encontrado lo que realmente te hace feliz. Eso puede ser criar a tus hijos, tu carrera o un proyecto específico. Sabes lo que quieres en la vida y seguramente lo lograrás.

La mayoría de las personas tardarían toda su vida para llegar a tener la claridad que tienes tú. ¡Felicitaciones!

Tu mente está en pleno desarrollo.

Son buenas noticias: tu mente está en tan buenas condiciones como hace 10 o 20 años; sigue siendo como una esponja que absorbe todo lo nuevo e interesante, además de trabajar rápido y aprovechar el conocimiento para seguir adelante.

Nunca te conformarías con la mediocridad como la mayoría de los adultos. Estás ávido de nuevos retos: buscas algo nuevo para explotar todo tu potencial.

Mientras la mayoría de la gente está atrapada en una rutina, tú todavía vas por la vida a toda marcha buscando experiencias y situaciones que hagan que tu corazón lata más rápido.

Tienes una mente curiosa.

Siempre estás en busca de nuevos retos, formas de pensar, y experiencias hasta ahora desconocidas.

Se te facilita comunicarte y eres alguien muy creativo. Te apasiona ir más allá, buscas explorar el mundo y siempre estás listo para tu próximo desafío. Ese precisamente es el secreto de tu felicidad.
Para ti la felicidad no significa comprar cosas nuevas o que los demás aprueben tus acciones. Mantendrás la felicidad escuchándote a ti mismo y a los deseos de tu corazón.

Tu mente está siempre atareada.

Tiendes a trabajar horas extra y podría decirse que nunca llegas a tu límite, aunque te acercas mucho. Eres una persona práctica, trabajadora, pero aún te hace falta aprender a relajarte.
Siempre te preocupas por otras personas y por eso tu mente está pensando en algo 24 horas al día, 7 días a la semana. Al ayudarle a los demás, te olvidas por completo de ti mismo, y cómo resultado, tu mente siempre trabaja al límite de agotamiento.

Te recomendamos dedicarte más tiempo a ti mismo. Relájate y dale a tu cerebro la oportunidad de recuperar sus fuerzas. Procura no preocuparte todo el tiempo, es decir, reducir tu nivel de estrés. Puedes ayudar a la gente si tienes tiempo libre pero no te olvides de tu propia salud física y mental.