¿Cuál sería tu elemento en Gael?
¿Cuál sería tu elemento en Gael?
¡Salve! Si has visitado nuestro foro, sabrás que son ocho los elementos que hay en Gael: fuego, agua, tierra, viento, rayo, hielo, luz y oscuridad. A veces, dependiendo de la personalidad, puede variar la afinidad de uno a otro. ¿Quieres saber cuál es el tuyo? ¡Pues adelante!
¡Salve! Si has visitado nuestro foro, sabrás que son ocho los elementos que hay en Gael: fuego, agua, tierra, viento, rayo, hielo, luz y oscuridad. A veces, dependiendo de la personalidad, puede variar la afinidad de uno a otro. ¿Quieres saber cuál es el tuyo? ¡Pues adelante!
Quitémonos de encima la taaaaaan repetitiva pregunta… ¿Cuál es tu color favorito? XD [Nota: el color del elemento no tiene por qué coincidir con el que se le asigna en el foro].
¡Interesante! Y ¿qué sueles preferir hacer en tu tiempo libre?
¿Con cuál de estos animales te relacionas más? (No tiene por qué ser necesariamente tu animal favorito).
¡Muy bien! Pero ¿qué tal si tomamos algo antes de seguir? ¡Yo invito! ;)
Vale, terminemos pronto con lo aburrido. ¿Con qué palabra/s te identificas más o cuál/es te llaman más la atención? ¡Rápido, rápido!
De acuerdo, ¿qué tal un poco de rol? ^^ Despiertas en una habitación oscura. Recuerdas que fuiste a investigar el lugar con un compañero, pero ahora estás solo. ¿Qué es lo primero que haces?
La puerta es la única salida. La fuerzas y caminas por los pasillos. De pronto, ves que hay alguien al otro lado. Está bastante oscuro, pero sabes con certeza que no es la persona que te acompañó. ¿Qué haces?
Sigues por los pasillos y escuchas voces tras una puerta. Te asomas a la única ventana y descubres que tienen allí a tu compañero. Por lo visto, están torturándole para averiguar todo sobre vosotros y vuestras intenciones. ¿Qué haces?
Finalmente, llegas/llegáis a vuestro destino: las mazmorras. Allí están todos los espíritus que habían secuestrado. Una vez fuera de las jaulas, entre todos lográis salir. Como recompensa, los Espíritus Mayores te concederán un deseo. ¿Qué pides?
¡Última pregunta! Bueno, eres un habitante de la Tierra, eso está claro… ¿Cuál de estas razones podría hacerte querer abandonarlo todo para ir a un nuevo mundo?
¡Fuego!
¡Fuego!
Fuerza, ímpetu, potencia; alguien lleno de energía que no teme enfrentarse a los retos. Haces tuya la frase “la mejor defensa es un buen ataque”, y no ha faltado quien te diga que eres muy impulsivo (o incluso imprudente). Pero es que para ti es imposible quedarse de brazos cruzados. Los verdaderos héroes actúan al momento; si esperas demasiado, tal vez ya sea demasiado tarde.
Confías en tu propia capacidad, pero también en la de tus amigos y compañeros. Si alguien que aprecias corriese peligro, no dudarías en enfrentarte a una bestia con las manos desnudas. Valoras mucho la lealtad y el trabajo en equipo, y si a eso le sumamos tus dotes de liderazgo, cualquiera se alegraría de estar en tu bando. Por el mismo motivo, más de uno se ha arrepentido de haber sido tu enemigo…
¡Agua!
¡Agua!
Eres extremadamente inteligente, valoras la sensatez y, por lo mismo, no haces nada que no hayas pensado concienzudamente antes. A la hora de enfrentarse a cualquier situación, si te es favorable no dudas en afrontarla cara a cara (teniendo siempre un plan B, por supuesto), pero eres consciente de que la mayor parte de las veces no hay mejor estrategia que rodear los obstáculos y hacer algo inesperado.
Por otra parte, sabes mejor que nadie que no siempre haces todo lo que te propones, aunque no porque no seas realmente capaz. En realidad, es precisamente porque sabes que puedes hacer las cosas que te relajas tanto, y al final siempre te pilla el toro y tienes que prepararlo todo en el último momento. Mientras hagas las cosas bien no pasa nada, pero tendrías que practicar el trabajar primero y descansar después.
¡Tierra!
¡Tierra!
Tranquilo, perseverante, precavido y cabezota. Te relacionas con mucha gente, pero sólo a unos pocos puedes llamarlos verdaderamente “amigos”. Únicamente cuando estás con ellos puedes permitirte hacer locuras y tonterías, ¡y ahí sí que os lo pasáis en grande! Además, no te gustan nada los problemas, por lo que siempre intentas poner paz donde hay guerra. De hecho, irónicamente esto te ha puesto en bastantes aprietos, pues aunque tu intención es buena, algunos te acaban viendo como un metomentodo.
Pero a pesar de tu amabilidad, quien te conoce de verdad sabe que no debe hacerte enfadar. Puedes inspirar tanta calma como un prado verde, plácidas colinas o cálidas dunas… pero cuando te enfureces, tu ira causa avalanchas y terremotos. Por esto, cuando te molestas no es raro ver correr a tus amigos buscando un refugio.
¡Viento!
¡Viento!
Moda, música, política, deportes… Sea cual sea el tema, tú vas contra todo y contra todos. Desde luego, no eres una oveja más siguiendo al rebaño. En realidad, eres más bien “la oveja negra”. Vas contra corriente, y no dudas en demostrarlo con tu estilo y actitud. También te cuesta adaptarte a las normas, y eso te ha llevado a alguna que otra discusión con tus padres. Pero ¿por qué ibas a seguir unas normas impuestas? Hay que pensar por uno mismo.
Además, sabes que la mejor manera de enfrentar un problema es evitarlo. Que se cansen otros luchando entre ellos. ¿Para qué buscar pelea si se puede dialogar? Sin embargo, la cosa cambia cuando tocan tus ideales. Sólo cuando alguien avasalla tu creencia y opinión podrías tomar realmente parte en una discusión (lo cual acaba sorprendiendo a quienes no te conocen, ya que la primera impresión que suelen tener de ti no es la de alguien tan obstinado).
¡Rayo!
¡Rayo!
Seamos sinceros… Tú lo que realmente quieres es dinero. ¿Que no? ¿Y de qué forma compras entonces todas las cosas que te gustan? Claro que tampoco hace tanta falta; con que reconozcan tu valía te conformas. Además, te encantan los retos, las novedades, lo moderno y siempre hay un campo en el que quieres estar a la última: ropa, música, juegos, consolas o simplemente no perderte jamás el último capítulo de tu serie o anime favorito. Amas el cambio, y aunque hacer el vago puede recargarte las pilas de vez en cuando, enseguida te llenas de energía ante la última novedad de tu interés.
Por si fuera poco tienes muchísima intuición, aunque lo cierto es que a menudo no sabes qué es lo que está mal hasta que la desgracia ocurre. Puede que tengas un mal presentimiento sobre alguien muy bueno y amable, y solo sepas el motivo cuando ya te haya apuñalado por la espalda. Por esto, aunque no sepas cómo explicarlo, tiendes a fiarte de tu instinto… y, si no, deberías empezar a hacerlo.
¡Hielo!
¡Hielo!
Para quien no te conoce, puedes parecer frío, egoísta y calculador. Sin embargo, simplemente eres lo bastante inteligente como para saber hasta qué punto hablar y desviar la atención hacia donde te interesa. Y, aunque a menudo utilizas esta habilidad en tu beneficio, también puedes hacer con ella “buenas obras”. Después de todo, ¿por qué ibas a causar sufrimiento a alguien contándole algo que podría hacerle daño?
Además, tienes talento para el orden: aunque tu habitación parezca totalmente desordenada, en realidad sabes dónde tienes absolutamente todo y, por lo general, sabes organizar bastante bien tu vida. Por último, también te gusta el arte o, por lo menos, lo valoras. Éste puede ser de cualquier tipo: pintura, música, literatura… De algún modo, tienes siempre presente en tu vida la belleza (aunque sea la tuya propia).
¡Luz!
¡Luz!
Bueno, amable, honesto, sincero… Vamos, eres todo un caballero (o dama) de brillantes ideales. Siempre preocupado por las necesidades de los demás, sabes que un mundo utópico sería posible si tan solo todos pusiesen su granito de arena. Por este motivo, serías capaz de arriesgar tu vida por proteger al débil y defender la justicia. Sin embargo, también sabes mostrar misericordia si hay arrepentimiento e intención de cambiar.
Algunos dicen que eres bastante inocente y fácil de engañar, pero ¿cómo va a lograr cambiar alguien a quien no se le da una segunda oportunidad? A menudo acabas sufriendo por esta decisión, pero sabes que todo el dolor del mundo merecerá la pena si con ello ofreces a alguien la ocasión y la confianza en su redención.
¡Oscuridad!
¡Oscuridad!
Muchos te tacharán de egoísta, solitario, interesado… Qué injusto, ¿verdad? Pero que estas palabras tengan algo de cierto, no significa que seas una mala persona. Eres independiente, autónomo, y por eso no necesitas una multitud de seguidores que te secunden y alaben cada paso que das (para eso se tienen “amigos”, ¿no?).
De hecho, en realidad a ti te gusta pasar desapercibido. No tienes un pelo de tonto; sabes ver todo con objetividad y cuidar de ti mismo sin problema. Eres muy persuasivo y, si es necesario, no te importa aprovecharte de los demás para conseguir tu propósito. Después de todo, es lo más lógico: la ley del más fuerte. Y si alguien quiere ser tan débil o idiota como para poner su supervivencia en manos de otros, ¿quién eres tú para impedírselo…?