Diez playas ferrolanas, ¿cuál es la tuya?

No te importa tener que coger un poco más de tiempo el coche con tal de tumbarte tranquilo/a en la virgen, bella y salvaje Ponzos. No es el mejor arenal para nadar (el mar es de los más traicioneros de nuestra costa), pero sí puede serlo para practicar deportes como el surf. También puedes practicar nudismo en A Ferruxeda, huir de la multitud en la zona de la mina o tener un acceso más fácil y mayor resguardo el viento en su esquina sur.

Playa familiar y tranquila donde las haya, Santa Comba tiene el aliciente de sus pozas con marea baja (geniales para que se bañen los niños/as) y también el acceso a su ermita (vuelve a estar habilitado desde mediados de este agosto de 2018). Puedes acceder mejor y encontrarte con más gente en su esquina norte, estar más tranquilo/a en la mitad o practicar kite surf o quizás Windsurf en Marmadeiro (si es que puedes superar los baches del camino que te deja en su aparcamiento).

Popularmente conocidas como la "playa de Covas", rompemos una lanza a favor de utilizar sus nombres propios para que no caigan en desuso. Con gran afluencia de gente, suponen un abrigo seguro del nordés gracias al parapeto del Prior. Estos arenales, también muy frecuentados por familias, son proclives al postureo y, por veces, se convierten en una pasarela. Eso sí, los cobicheiros se sienten aquí en el paraíso.

Uno de los arenales mejor valorados para practicar Windsurf por su extensión y sus vientos, también es perfecto para pasear, acudir en familia o solo/a. Tanto si te gusta compartir espacio con más gente o buscas la soledad, habrá un rincón para ti aquí.

Una de las apuestas de los ferrolanos/as más míticos/as, sus aguas azul turquesa son de las más fotografiadas en Instagram. Tener Claudina y el Costa Verde al lado suponen un plus para tomarse algo mientras se disfruta de una buena puesta de sol.

Eres todo un clásico (o una clásica) y es que, si las cosas funcionan, ¿para qué cambiarlas? Doniños está cerca del centro, tiene accesos cómodos a cada una de sus partes y ofrece la posibilidad de pedir permiso para poner tu toalla (Outeiro, la calle Real llevada al borde del mar) o tomártelo con más calma (Penencia). Hay playa de sobra para los que practican surf y los bañistas, además está Pichu y el Boa Onda para tomarse un guarisnais.

Rincón encantador donde se puede nadar, ir en familia y disfrutar de un día de playa recogidos del viento. A pesar de que el puerto exterior ha deslucido sus vistas, Cariño sigue siendo un lugar muy frecuentado y sus casas a un paso de la arena de las más envidiadas de la ciudad.

No te importa tener que bajar por un sendero en mitad del monte, escalar rocas o llevarte el recuerdo de una zarza, buscas tranquilidad y exclusividad (aunque esto último ya cuesta un poco más últimamente). Las calas y playas de esta zona de la ría con las menos frecuentadas y las que mejor lucen en Instagram. Para disfrutar en soledad o con tu pandilla de amigos son perfectas, libres y nada tienen que envidiarle a Menorca.

Puedes llegar en bus, en coche o incluso andando desde Ferrol centro. A Graña es una playa que disfrutan, sobre todo, sus vecinos, pero también muchas familias que buscan ese ambiente tranquilo y cercano. Además, tenemos el Pérez o El Nautic para reponer fuerzas, que eso también es necesario.

La única playa urbana de Ferrol ha recuperado la calidad de sus aguas este año gracias a la puesta en marcha (al fin) de la depuración. Se trata de un arenal también muy familiar y del que sus vecinos disfrutan a diario. Y es que solamente tienen que cruzar el paseo y tumbarse a la bartola. Algo impagable y con todo tipo de servicios muy cerca.