El taoísmo, la filosofía de “dejar que todo fluya”

El taoísmo, tiene como guía fundamental, un libro escrito por uno de los más destacados filósofos orientales: Lao Tsu (en algunas traducciones, es representado como Lao Tsé). Según cuenta la leyenda, Lao era un hombre muy sabio e inteligente.

Todas las grandes figuras de la política acudían a él en busca de consejos y asesoramiento, mientras trabajaba como encargado del registro civil.
Siendo un hombre con una moral intachable y una forma de ver el mundo diferente a la de los demás, se cansó de la corrupción que veía en su trabajo y decidió huir a las montañas para rehacer su vida como un completo desconocido.


En medio de su viaje, decidió escribir un libro con sus vivencias, su forma de pensar y una serie de parábolas o historias, que a través de diferentes experiencias, sirvieran como lecciones.


El libro –considerado sagrado- se titula “Tao Te Ching” y es la base de todas las creencias del taoísmo. Uno de los más grandes misterios que rodea el taoísmo, es que luego de escribir el libro, Lao Tsu, desapareció completamente, no hay registros de su paradero.

Cuenta la leyenda, que tres de las figuras filosóficas más importantes de Oriente, se reunieron a probar vinagre. A Confucio, el vinagre le supo ácido, pues sentía repulsión por toda la negatividad del mundo.

A Buda, le supo amargo, puesto que él veía cómo el mundo estaba lleno de sufrimiento. Pero a Lao Tsu, le supo dulce.

La filosofía del taoísmo, radica en aceptar con una actitud positiva todas las situaciones de la vida, puesto que todo lo que sucede, forma parte de una perfecta armonía de la que solamente tiene control la naturaleza.

Uno de los preceptos se basa en simplemente dejar que la vida siga el camino, el “Tao”, sin oponerse o quejarse por lo que sucede, sino analizando el trasfondo de cada acción y esforzándose en descubrir que incluso en las situaciones más difíciles, siempre hay un lado positivo –o al menos, una explicación lógica del por qué sucedió tal cosa-

Si bien el libro “Tao Te Ching”, propone a los lectores una forma “correcta” de vivir, insiste en que el secreto para vivir una vida larga, feliz, y armoniosa es simplemente aprender a aceptar deliberadamente el destino, aprovechar las oportunidades y entender que absolutamente todo tiene una razón de ser –por más que suele ser complejo descubrirla-.

El taoísmo, insiste en la importancia de aceptar el destino tal cual es y vivir aprovechando constantemente las situaciones que se presentan.

Una de las premisas, radica en la aceptación de que nada es totalmente bueno, o totalmente malo, todo simplemente es una realidad que hay que entender y aprovechar lo mejor posible.

Si bien se basa en las escrituras de Lao Tsu, no lo considera su dios, de hecho no tienen un dios particular –o al menos, no uno con la capacidad de moldear nuestro destino-.

El taoísmo cree que todos tienen la potestad de moldear su destino, siempre y cuando no atente contra las leyes de la naturaleza. ¿Cómo lo logran? Aprovechando cada situación que se les presente, analizándola -sin juzgar si es buena o mala- y dejar que fluya. Simplemente es vivir acorde al plan del universo.

El taoísmo tiene como misión analizar las leyes del universo y vivir acorde a ellas, adecuarse a las leyes de la naturaleza y actuar siempre en pro de su realización y no de su interrupción.

¿Cómo lo practican? Es una filosofía de vida, por lo que se aplica en todas las situaciones posibles. Sus premisas principales son: aceptación completa del ser, entendimiento de la naturaleza, respeto por los seres vivos y actuar con los demás como quisiéramos que los demás actuaran con nosotros.

Explica el maestro taoísta, Gu. “Si le frunces el ceño a un espejo, te lo fruncirá a ti. Si le sonríes, te sonreirá”, así funcionan las leyes de la naturaleza, según lo que tú le des, responderá.

Según Gu, la naturaleza y el universo tienen un ritmo perfecto establecido. Un cosmos invariable en el que absolutamente todo tiene sentido, todo tiene una razón de ser y un propósito, es el deber de los humanos estudiar ese ciclo y adecuarse a él, de la forma más calmada y menos invasiva posible.

-Aprender a valorar la quietud: “A la mente que está en calma, todo el universo se rinde”, explica el Tao. El arte de controlar los pensamientos y dirigir la atención únicamente a lo que trae paz y felicidad. “Vacía tu mente de todo, para que logre encontrar la tranquilidad”. Se trata de dejar a un lado las preocupaciones y dedicarse por un momento a sentir lo que significa estar vivo,
disfrutar de los placeres más simples.

-Descubrir y conectar con la esencia de cada personalidad: Parte de la filosofía de “dejar que todo fluya”, radica en aceptar quienes somos sin querer cambiarlo. El secreto de la felicidad interior, está en conocer a la perfección nuestra personalidad, nuestras virtudes y nuestros defectos, aceptarlos y aprender a vivir junto a ellos y no en su contra.

-Dejar a un lado el ego, para lograr una identidad plena: Si bien el taoísmo insiste en la importancia de conocer quienes somos, explica que los cambios son positivos y constantes. Por lo que hay que buscar mejorar constantemente y no encasillarse en algunas características propias de nuestra personalidad.

-La naturaleza es nuestra mejor maestra: Absolutamente todo lo que debemos aprender está en ejecución en la naturaleza. Por lo que es necesario tener un contacto frecuente con el mundo natural y buscar imitar sus cualidades. Ej: el renacer de los árboles con las estaciones, la belleza individual de las flores, la fluidez del agua, etc.

Por Mary Villarroel Sneshko | @Vivodesorpresas | Culturizando
Con información de PersonalTao