¿Humanos monstruosos? Los dibujos de Leonardo da Vinci que retratan la fealdad
¿Humanos monstruosos? Los dibujos de Leonardo da Vinci que retratan la fealdad
Uno de los genios más grandes de la humanidad, utilizaba su talento como artista para analizar los cuerpos humanos desde su perspectiva. Inspirado por ‘la fealdad’, Da Vinci creó una serie de dibujos en los que destacaba los rasgos menos favorecedores de sus modelos. ¿Por qué Da Vinci decidió pintar monstruos? ¿Cómo eran sus dibujos? ¿Sus creaciones eran fantasía o realidad? Aquí te contamos todo.
Uno de los genios más grandes de la humanidad, utilizaba su talento como artista para analizar los cuerpos humanos desde su perspectiva. Inspirado por ‘la fealdad’, Da Vinci creó una serie de dibujos en los que destacaba los rasgos menos favorecedores de sus modelos. ¿Por qué Da Vinci decidió pintar monstruos? ¿Cómo eran sus dibujos? ¿Sus creaciones eran fantasía o realidad? Aquí te contamos todo.
Leonardo da Vinci, el genio que pintaba monstruosidades
Leonardo da Vinci (1452-1519) es uno de los genios más importantes de la humanidad. Si bien incursionó en distintos mundos de la ciencia y la ingeniería, sus comienzos fueron como artista. Desde los retratos de los jóvenes más hermosos, hasta dibujos de humanos con rasgos transformados al borde de lo caricaturesco, Da Vinci resaltó por su talento. ¿Por qué pintaba monstruos? Por curiosidad, diversión e incluso, para sacar de quicio a su familia.
¿Por qué pintaba monstruos?
Da Vinci estaba fascinado por el cuerpo humano. Dedicó años de su vida a estudiar su funcionamiento y la forma de cada una de sus partes. Uno de los temas que más capturaba su atención, era la vejez. Quería estudiar y analizar, cómo el paso del tiempo afectaba el cuerpo, la piel y el cabello.
Dentro de sus conclusiones, se dio cuenta que con el paso de los años, la nariz crece, los labios se hacen más delgados, la barbilla tiende a ser más prominente, las orejas parecen desproporcionadas, entre otras características que perturban la simetría de un cuerpo joven.
Con el propósito de conocer mejor estas variantes, se dedicó a buscar modelos que llamaran su atención –específicamente por sus rasgos más marcados- y comenzó a retratarlos.
Con máximo cuidado al detalle, exageró cada una de las características que hacían destacar a estos personajes y como resultado, obtenía retratos monstruosos. Seres humanos tan poco agraciados que lucían casi caricaturescos.
Lo grotesco se vuelve interesante: las gárgolas
Da Vinci desde niño, utilizaba sus talentos para distraerse. Retrataba animales, plantas, y todo lo que captara su atención. Las gárgolas parecían fascinarlo, por su fealdad y lo grotesco de sus rasgos.
Las gárgolas son seres imaginarios, derivados de la mitología, caracterizados por su fealdad. En la época, eran comunes en las edificaciones porque según las leyendas “alejaban al demonio”.
Por más de que tenían una función benévola, su aspecto era terrible. Era justamente el rechazo que generaban, lo que fascinaba a Da Vinci, quien se dedicaba a retratarlas y a transformarlas a su gusto. Haciéndolas lo más espantosas posible.
Al contrario de lo que pueda parecer, Da Vinci no disfrutaba la fealdad. De hecho, todos sus discípulos –trabajó en varias ocasiones como maestro de pintura- y todos sus modelos, debían ser extremadamente bellos.
Para escogerlos, seguía patrones de simetría facial, color de piel, longitud y textura del cabello, elegancia natural, entre otras cualidades.
Si bien disfrutaba de la belleza en su entorno, la fealdad le permitía romper con los estándares de la sociedad y jugar con el concepto de comedia grotesca.
Un coqueteo con lo prohibido, retratando la maldad
"Medusa" es una de sus pinturas más grotescas y criticadas. La figura rodeada de todo tipo de animales monstruosos -relacionados con las 7 plagas de Egipto-, daba a entender que el pintor estaba obsesionado con la maldad, con lo tenebroso, pero no era así. Su curiosidad lo llevaba a explorar todo tipo de caminos, desde las pinturas religiosas, hasta lo más sangriento de la mitología. Él no tenía límites y no iba a dejar que la sociedad lo censurara.
Caminando, llegué a la entrada de una cueva enorme, la cual admiré estupefacto. Advertí que se habían presentado ante mí dos emociones: temor y deseo. Temor de la cueva oscura y deseo de ver si podía descubrir algo grandioso".
Leonardo da Vinci
El genio solía caminar por los bosques en busca de nuevos descubrimientos. Su curiosidad lo llevaba a explorar los terrenos más desolados y tenebrosos. Los temas variados de su arte, eran un reflejo de su curiosidad por el mundo.
Por Mary Villarroel Sneshko | @Vivodesorpresas | Culturizando
Con información de: OpenCulture "Grandes protagonistas de la humanidad: Leonardo da Vinci". Carmen Penello. Editorial CINCO, S.A. (1985).