La historia real de Patch Adams, el doctor que sana con amor, risas y juegos

El pequeño Hunter vivió una infancia traumática. Su padre luchó en la Segunda Guerra Mundial y en la Guerra de Corea, murió en combate cuando Hunter tenía 16 años.

Nacido en el seno de una familia militar, estaba acostumbrado a la idea de la muerte, pues era el pan de cada día de cada una de las familias con las que convivía –únicamente soldados-, pero no conocía la lucha por los derechos humanos, pues en su comunidad, todos eran respetados.

Lo más difícil de su infancia –además de tener que lidiar con la muerte de su padre-, fue volver a los Estados Unidos en medio de la revolución de los derechos humanos, él no entendía cómo era posible que los niños fueran separados por color.

“A los 17 años me internaron 3 veces en diferentes hospitales psiquiátricos. Quería suicidarme, no quería vivir en un mundo de violencia e injusticia” cuenta Hunter, quien además sufrió de bullying por defender su punto de vista.

Cuando fue internado por segunda vez, escuchó el discurso de Martin Luther King "Yo tengo un sueño" y vio como el público reaccionaba apoyándolo. A partir de ese momento, se dijo a sí mismo: "¡No te mates idiota! Inicia una revolución".

Sus años en el hospital psiquiátrico cambiaron totalmente su vida. Una vez que tomó la decisión de iniciar una revolución de amor, comenzó a estudiar a los pacientes con los que compartía su día a día.

Adams recuerda a una persona en particular: su compañero de cuarto. Un joven de 30 años que sufría de alucinaciones con ardillas, era tan fuerte que entraba constantemente en crisis, sufría de ataques de pánico y visualizaba a los roedores en todas las esquinas.

Él veía cómo los doctores calmaban sus crisis con medicamentos, pero ninguno se molestaba por escucharlo. Adams decidió ayudar a su compañero haciendo como si él también podía ver las ardillas y lo ayudó a combatirlas fingiendo que tenía un "arma destructora de ardillas".

Su compañero comenzó a sentirse mucho mejor, las crisis de pánico disminuyeron mucho, su autoestima mejoró y todo esto gracias a que Hunter le prestaba atención y lo hacía reír.

Patch Adams decidió estudiar medicina y se graduó de la Universidad de Virginia. Desde el inicio, sus prácticas poco ortodoxas hicieron ruido en la comunidad médica, él insiste en que los sistemas de salud deberían ser gratuitos:

"El capitalismo de mercado, que es la peor de las enfermedades, ha convertido la medicina en un negocio sucio y avaro", Adams lleva más de 45 años ejerciendo la medicina totalmente gratis, fundó su propio hospital llamado "Instituto Gesundheit!" que utiliza la risa como terapia y sobrevive gracias a las donaciones.

La falta de dinero evitó que el instituto tenga su propia sede, pero cuenta con un enorme equipo de trabajadores voluntarios. Además de tratar pacientes con “medicina más humanitaria”, enseña a doctores y enfermeras a tener un trato más humano con sus pacientes, rompiendo el mito de la “distancia profesional”.

“No conozco una sola enfermedad que se cure con la seriedad, con la ira o con la apatía. No llegaremos muy lejos si nos ponemos muy serios. Lo más curativo es el amor, el humor y la creatividad”, Adams viaja constantemente por el mundo, enseñando su filosofía y la importancia de la risoterapia. 

La historia de Patch Adams fue llevada a la pantalla grande por el director Tom Shadyac, Robin Williams fue el encargado de personificar a Patch Adams, pero el doctor no quedó totalmente agradecido con la película.

Si bien lamenta el fallecimiento del actor y entiende sus circunstancias, Adams esperaba que Williams donara un porcentaje de sus ganancias (21 millones de dólares) al instituto, pero no fue así:

"Yo le insinué que podría donar los 21 millones para la creación del hospital, pero no acabó contribuyendo a la causa, y eso es algo que no llegué a entender", expresó Adams.

Si quieres ver la película, haz clic aquí.


Por Mary Villarroel Sneshko | @Vivodesorpresas | Culturizando
Con información de PatchAdams.ORG | PatchAdamsSpeaks| ElMundo