Las ‘brujas’ lo contaron: ¿Cómo era el pene del Diablo? La historia que enloqueció a los inquisidores
Las ‘brujas’ lo contaron: ¿Cómo era el pene del Diablo? La historia que enloqueció a los inquisidores
Un movimiento que buscaba erradicar –violentamente- la herejía, inició un proceso revolucionario en contra de la sexualidad. Si bien el cuerpo femenino era considerado una ‘tentación’, la entrepierna masculina resultó ser un sinónimo de impureza, hasta se le vinculó con lo más profundo del infierno y la maldad. ¿Es el pene un instrumento del Diablo? Eso creían muchos y aquí te contamos todo.
Un movimiento que buscaba erradicar –violentamente- la herejía, inició un proceso revolucionario en contra de la sexualidad. Si bien el cuerpo femenino era considerado una ‘tentación’, la entrepierna masculina resultó ser un sinónimo de impureza, hasta se le vinculó con lo más profundo del infierno y la maldad. ¿Es el pene un instrumento del Diablo? Eso creían muchos y aquí te contamos todo.
Las brujas ¿esclavas sexuales del Diablo?
A las brujas, -debido a los escritos de Heinrich Kramer-, se les consideraba como mujeres con un apetito sexual insaciable. En una época donde la sexualidad era vista como uno de los más grandes pecados, que estas mujeres vivieran plenamente su vida sexual era inaceptable, digno de la muerte. (En la foto: Ilustración del supuesto 'rito de iniciación' en la brujería, besarle el ano a Satanás).
El Malleus Maleficarum, es un libro utilizado por los inquisidores, diseñado como guía para identificar, torturar, interrogar y tratar con todas las acusadas de brujería.
Dentro de sus páginas, Heinrich Kramer -el autor-, creó una serie de historias que definían las características principales de las supuestas ‘brujas’. Una de las más contundentes es, que todas mantenían relaciones sexuales con el Diablo.
¿De dónde sale esta afirmación?
A todas las mujeres que eran condenadas como brujas, se les hacía una serie de torturas previas a su muerte con el propósito de sacarles información sobre sus crímenes. Algunas eran condenadas por ser curanderas, parteras e incluso por ser ‘demasiado atractivas’ o adictas al sexo.
Angéle de la Barthe fue la primera mujer ejecutada en público –en 1275- por ser considerada bruja y por admitir que había tenido relaciones con el mismísimo Satanás.
Barthe no fue la única. Su confesión generó una ola de mujeres que –antes de ser ejecutadas-, decían públicamente que habían conocido el pene del Diablo. No solamente eso, sino que lo catalogaban como ‘la mejor experiencia sexual de sus vidas’.
‘Tan frío como un pedazo de hielo’, fueron las palabras que utilizó Pappenheimer para describir el pene de Satanás.
Una mujer de 59 años, con 3 hijos, había sido arrastrada desde su celda hasta la plaza de ayuntamiento –donde una multitud la esperaba-, para ser quemada y torturada por ‘bruja’.
Su muerte es recordada como una de las más sanguinarias y terribles de toda la Inquisición. Sus senos fueron arrancados, su piel fue despellejada de su cuerpo y posteriormente quemada.
¿Por qué decidieron destruir su cuerpo de esa manera? Porque estaba satanizado, tras haber tenido relaciones con el mismísimo Diablo.
Pappenheimer, explicó en su juicio que su encuentro con él había sido fortuito, pero maravilloso. Su sola presencia la hizo ‘sentir un deseo como nunca lo había sentido’ y su roce la llevó al éxtasis.
Anna fue la primera mujer en contar su experiencia extraterrenal. Esto generó una obsesión entre los inquisidores. ¿Será cierto que conoció al Diablo? ¿Cómo es posible que hayan tenido relaciones? ¿Cómo es realmente su pene?
Si las brujas lo conocieron, ¿cómo era el pene del Diablo?
Las descripciones de las partes íntimas de la personificación de la maldad, eran muy poco realistas. Algunas indicaban que "eyaculaba con la fuerza de diez mil hombres" y otras lo comparaban con el de un mulo -por eso a veces es representado como animal-.
Tras la confesión de Pappenheimer, todas las brujas que eran apresadas, contaban su experiencia particular con tan peculiar compañero sexual.
Cada una tenía una versión, pero había un factor común: todas decían que era helado como el hielo.
La sexualidad debía seguir siendo un pecado, las confesiones de las mujeres que insistían en que la potencia sexual de Satanás era extraterrenal, atraía atención inapropiada -entre curiosidad y miedo-.
Para evitar una masificación errónea del mensaje, Kramer en el "Malleus Maleficarum", se encargó de crear una campaña de pánico que insistiera en que las brujas eran criaturas indeseables, involucradas directamente con la maldad, el pecado y el infierno.
Algunas ubicaban el pene en la parte trasera del cuerpo del Diablo, otras decían que tenía dos y que cada uno era bifurcado –que tenía dos puntas o cabezas-.
La mayoría informaba que era negro y cubierto de escamas”.
David M. Friedman
Historiador que estudia los mitos culturales acerca de los penes.
Las confesiones de estas mujeres, atrajeron un foco de atención hacia las entrepiernas de los hombres, quienes comenzaron a utilizar prendas para ocultar -y en algunos casos, enaltecer- su zona íntima. Se crearon toda clase de prendas, algunas incluso tenían rellenos para simular una erección permanente.
La obsesión de los inquisidores por descubrir cómo era realmente el órgano reproductor del Diablo y el nuevo interés mediático por los penes, generó una controversia en la sociedad.
¿Era el pene un instrumento del Diablo? Con el pasar del tiempo, en algunas culturas llegó a ser satanizado por ser considerado impuro.
La religión católica fue la que más lo señaló, porque la urgencia animal del órgano, al ser tan inexplicable, se pensaba que era provocada por conexiones psíquicas con Satanás. Pero en culturas e imperios antiguos, era venerado y considerado excesivamente importante -la griega y la egipcia, por ejemplo-.
Por Mary Villarroel Sneshko | @Vivodesorpresas | Culturizando
Con información de MalleusMaleficarum.Org | A Mind of Its Own: A Cultural History of the Penis de David M. Friedman editorial The Free Press (2001).