No todo es un cuento de hadas: ¿Qué se siente ser una VERDADERA princesa de Disney?
No todo es un cuento de hadas: ¿Qué se siente ser una VERDADERA princesa de Disney?
Hermosas, dulces y amables; son las palabras que definen a las princesas de Disney. Desde sirenas hasta luchadoras, todas cumplen una función: parecerse lo más posible a las mágicas protagonistas de los cuentos de hadas, pero ¿la realidad también es mágica? ¿Qué significa trabajar como princesa? ¿Es verdaderamente un cuento de hadas? Aquí te contamos todo.
Hermosas, dulces y amables; son las palabras que definen a las princesas de Disney. Desde sirenas hasta luchadoras, todas cumplen una función: parecerse lo más posible a las mágicas protagonistas de los cuentos de hadas, pero ¿la realidad también es mágica? ¿Qué significa trabajar como princesa? ¿Es verdaderamente un cuento de hadas? Aquí te contamos todo.
¿Qué se necesita para ser una "Princesa Disney"?
Más allá de los castillos, las montañas rusas y las atracciones, lo que le da vida a los parques son sus personajes. Los niños lloran, se emocionan y se llenan de felicidad al ver de cerca a sus personajes favoritos.
Cada rincón de los parques está lleno de ilusión y fantasías, pero nada sucede "por arte de magia", todo está absolutamente cronometrado y regido por unos estándares muy altos:
“Cuando yo hice la audición, éramos 500 personas, nos dividieron en grupos de 50 y después de 10. Estudian cada una de las partes de tu cuerpo, desde tu voz hasta tu cabello. Me llamaron por mi nombre y eliminaron a todas las demás, de 500 personas que asistieron, únicamente me eligieron a mí”, cuenta Brianna Smith, quien representó a Rapunzel por 6 meses en el parque.
Cada princesa tiene un tipo de cuerpo diferente: “Puedes lucir exactamente igual que Ariel y tener la misma voz, pero si tus senos son muy grandes, no serás Ariel”, explicó Smith. Además, las jóvenes no deciden a qué princesa interpretarán, los directores de casting son los que asignan los personajes.
Tienes que sonreír por horas, no puedes dejar de sonreír. Disney no quiere ver ni una foto en la que no estemos sonriendo. Mi cara al final del día dolía de tanto sonreír”.
"La princesa Bella"
Muchas de las jóvenes que interpretan estos personajes, concuerdan en que lo más complicado es mantenerse en actuación todo el día. Tienen que sonreír y estar felices todo el tiempo porque “las princesas nunca están molestas o tristes”.
Un entrenamiento complicado: actuación, canto y baile
Una vez que son elegidas para interpretar una princesa, deben aprenderse las películas de principio a fin y estar preparadas para cualquier pregunta, sin importar qué tan extraña sea.
“La idea es que cuando los invitados vengan una vez al año, encuentren exactamente a la misma princesa del año anterior y tengan la misma experiencia. Nos entrenan para que hagamos nuestro maquillaje exactamente igual cada vez”, cuenta Smith.
Si bien las princesas cambian constantemente –y de hecho, en cada parque hay alrededor de 5 cenicientas trabajando al mismo tiempo-, todas deben lucir idénticas, en cabello, contextura y maquillaje.
Los estándares de belleza son altísimos. No pueden tener las uñas pintadas de colores, tienen que ser naturales al igual que el cabello, aún cuando SIEMPRE usan peluca, no deben medir menos de 1,70 cm y deben tener medidas específicas.
“Recuerdo en mi audición una chica fue rechazada porque sus brazos eran muy gruesos, otra porque tenía mucho acné, las exigencias son muy altas, buscan crear la perfecta ilusión”, explicó la exintérprete de Bella.
Tienen que conocer de pies a cabeza su personaje: “Tenemos días específicos de caracterización de personajes. Yo veía las escenas una y otra vez y trataba de imitar sus gestos faciales, sus respuestas, sus movimientos corporales (...) Recuerdo que cuando trabajaba, veía "Enredados" por lo menos 3 veces por semana, para estar en contacto siempre con Rapunzel", recordó Smith.
Las princesas deben ser expertas en improvisación
Desde las canciones de su película, hasta las preguntas más complejas con respecto a los personajes que las acompañan, deben dar una respuesta coherente, dulce y típica de su princesa.
“Es bastante difícil, tienes que estar pensando como tu personaje constantemente. Si te hablan o te gritan, tienes que dar una respuesta inmediatamente. Requiere bastante práctica para poder lograr estar cómoda. Tienes que ver las películas mil veces y responder como lo haría tu personaje”, cuenta una de las princesas.
Además de hablar con niños sobre las historias de sus cuentos, las princesas deben lidiar con los padres que no se saben comportar. Muchas de ellas sufren constantes acosos por parte de los adultos.
“Una de las partes más difíciles, son los padres aterradores que me susurran cosas al oído mientras nos tomamos las fotos con sus hijos.
Dicen por ejemplo “Cuando la Bestia se duerma, te espero en la biblioteca muñeca”, yo lo primero que pensé fue “odiaría demasiado ser tu esposa”, pero no podía salirme de mi personaje y respondí “Oh, yo siempre duermo con la Bestia”, es complicado lidiar con estos asuntos”, explicó la intérprete de Bella.
Pero ser una princesa tiene sus ventajas, algunos adultos las ven con la misma ilusión y dulzura que los niños:
“Una vez una mujer me contó que perdió su bebé. Me dio un fuerte abrazo y me dijo lo emocionada que estaba de verme. Ella sabía que yo no era Rapunzel, pero aun así se sintió cómoda diciéndomelo por la conexión emocional con la película”, contó Smith.
La mejor parte de todas: la felicidad de los niños
Si bien el trabajo tiende a ser complicado -y hasta incómodo-, todas concuerdan en que la mejor parte es la felicidad que le causan a los niños: les dan la oportunidad de ver a sus ídolos. Su labor principal es hacerlos felices, sin importar qué tan complejo pueda ser.
“Una vez llegó al parque una niña de 6 o 7 años que era ciega, al verla me pregunté “¿Qué clase de conexión puedo hacer con ella?”. Me arrodille, agarré sus manos y las pasé por mi cabello, le canté la canción de mi personaje y le expliqué verbalmente todo lo que tenía a mi alrededor. Cuando miré a sus padres, tenían los ojos llenos de lágrimas de felicidad al ver a su hija con una enorme sonrisa”.
Disney trabaja de la mano con la fundación "Make a Wish" -cumple un deseo-, que se encarga de hacer realidad los sueños de los niños que tienen enfermedades terminales. Las princesas suelen ser las protagonistas de estos momentos.
“Los niños cuando llegan están completamente extasiados por compartir contigo. Olvidan su enfermedad y disfrutan el momento. Sus padres siempre lucen destrozados, su hijo está muriendo pero está cumpliendo sus sueños antes de irse. Es un sentimiento extraño, lleno de felicidad pero con el corazón roto. Estas eran las cosas que más me gustaban de ser Bella”, explicó la princesa.
Por Mary Villarroel Sneshko | @Vivodesorpresas | Culturizando
Con información de ThisIsInsider | Cosmopolitan