¿Qué es el protestantismo? Una revolución en contra de la Iglesia y a favor de Dios
¿Qué es el protestantismo? Una revolución en contra de la Iglesia y a favor de Dios
Un fraile decepcionado y frustrado por la forma en la que la Iglesia llevaba la fe -como un acto político y no espiritual-, decidió iniciar un proceso transformador que le devolviera la santidad a la Iglesia y disminuyera los beneficios económicos del clero. ¿Qué profesa el protestantismo? ¿Cómo reaccionó la Iglesia? Aquí te contamos todo.
Un fraile decepcionado y frustrado por la forma en la que la Iglesia llevaba la fe -como un acto político y no espiritual-, decidió iniciar un proceso transformador que le devolviera la santidad a la Iglesia y disminuyera los beneficios económicos del clero. ¿Qué profesa el protestantismo? ¿Cómo reaccionó la Iglesia? Aquí te contamos todo.
¿Quién fue Martín Lutero? El que inició la revolución
Martín Lutero (1483-1546), fue un teólogo y fraile agustino alemán, que decidió -tras analizar a profundidad la Biblia-, iniciar un proceso reformador en la Iglesia católica. Su mecanismo fue estampar en la puerta de la Iglesia, una lista de 95 inquietudes que tenía con respecto al manejo de la religión -la mayoría eran críticas al papado y al tratamiento político que se le daba a la institución-, la Iglesia reaccionó inmediatamente y comenzó un proceso revolucionario que hoy se conoce como “protestantismo”.
¿Qué quiere realmente Dios? La inspiración de Lutero
Siendo un fraile agustino, había estado en contacto constante con la religión y los textos sagrados. Era un hombre muy devoto, pero sufría de ataques constantes de ansiedad, preocupado por no ser “suficientemente bueno” para entrar al reino de Dios. Mientras más estudiaba, más reaccionaba y se daba cuenta de que había un conjunto de conductas con las que no estaba de acuerdo.
Todo comenzó cuando se dio cuenta que el pecado es parte de la naturaleza humana y es algo completamente incontrolable. Por más que intentaba evitar tener pensamientos pecaminosos, siempre recaía. Estaba seguro que sin importar cuantas buenas labores hiciera, si Dios lo juzgaría por sus pensamientos, jamás iría al cielo.
Su frustración lo llevó a analizar las conductas de la Iglesia y se dio cuenta de que la mayoría –en lugar de promover la fe-, buscaba mantener en el poder a los miembros del clero. Las actividades más evidentes eran las supuestas formas de ganarse la entrada al cielo. Entre ellas estaban los “actos de buena voluntad” –colaborar con las tareas de la Iglesia- y la colaboración económica para ganarse la indulgencia.
Lutero analizó las escrituras y con base en un texto de San Pablo que dice “El justo vivirá por la fe” (Romanos 1:17), se dio cuenta de que la fe es más que suficiente para vivir una vida cristiana, un concepto novedoso para el momento.
La indulgencias ¿eran el banco de la Iglesia?
Uno de los conceptos que más perturbaron a Lutero, fueron las indulgencias. La práctica consistía en que los miembros de la Iglesia pedían a los fieles sumas específicas de dinero –o algún tipo de donación-, a cambio de recibir benevolencia divina con sus pecados. Tal como una transacción moderna, los devotos recibían luego de pagar un papel que constaba que habían hecho la donación –como una factura- que les serviría al momento de entrar al cielo como constancia de que ese pecado había sido abolido en la Tierra.
El pueblo cada día apoyaba más los ideales protestantistas, ¿Cómo reaccionó la Iglesia?
Con la masificación de la Biblia –gracias al nacimiento de la imprenta-, tanto Lutero como un grupo de reformistas, tuvieron la oportunidad de analizar claramente las palabras del texto sagrado y según sus interpretaciones, la Iglesia había tergiversado muchas de las informaciones a su gusto y conveniencia.
¿Qué quería Lutero? No quería ni destruir la Iglesia, ni eliminar la creencia en Dios, simplemente quería reformar algunas de los preceptos de la religión con el propósito de hacerla más espiritual y menos política.
En un principio, el clero ignoró completamente las quejas de Lutero -y otros movimientos inspirados por él-, pero se vieron obligados a reaccionar cuando su pensamiento comenzó a influir en la mentalidad del pueblo.
Comenzaron ciertas protestas violentas entre los católicos y los protestantes y la Iglesia perdía cada vez más fieles por esta nueva creencia. La Iglesia al ver que perdía poder, inició el "Concilio de Trento", un intento de hacer las paces con los protestantistas.
Otro de los preceptos del protestantismo, critica la conducta católica de alabar figuras "como si fueran sagradas", apartando la fe de Dios como ente invisible y transformándolo en toda clase de objetos.
¿Un tratado de paz entre la Iglesia y los protestantes?
El "Concilio de Trento" comenzó como una ofrenda de paz, en la que la Iglesia reuniría a sus miembros más importantes junto a los protestantes y juntos aclararían cada uno de los temas que Lutero había expuesto en su lista de 95 ítems.
Los protestantistas no asistieron a la reunión, ¿cuál fue el resultado? La Iglesia decidió afianzar cada uno de sus preceptos, en ningún momento dio su brazo a torcer.
Mientras que Lutero criticaba profundamente las "formas de llegar al cielo", la Iglesia afirmó que esos actos realmente ayudaban. Las indulgencias, el purgatorio, el castigo a los pecados, la supremacía del papado y el clero, absolutamente todo fue afianzado por la Iglesia, quitándole importancia a los pensamientos de Lutero y todo el grupo de protestantes.
El movimiento de la Iglesia no derrotó a los protestantistas, quienes continuaron a predicar su creencia por el mundo -incluso miembros de la monarquía adoptaron este pensamiento- y destruyendo las imágenes de santos y representaciones religiosas que habían en las iglesias.
El período después de la respuesta de la Iglesia, fue extremadamente violento. Tanto los católicos como los protestantes vivían en guerra constante. En la imagen se muestra un grupo de protestantes destrozando una Iglesia.
¿Qué sucedió con el movimiento?
La era de violencia entre los católicos y los protestantes disminuyó con el advenimiento de la Revolución Científica y el estudio de las leyes naturales.
A partir de ese momento, la Iglesia tuvo otros problemas con los que debió lidiar; como Copérnico y su análisis de que la Tierra NO es el centro del universo y Galileo Galilei afianzando su teoría.
Hoy día el movimiento protestante continúa vigente y con numerosas vertientes, cada una adaptada a diferentes culturas y creencias populares pero con las mismas bases de Martín Lutero.
Por Mary Villarroel Sneshko | @Vivodesorpresas | Culturizando
Con información de KhanAcademy | Britannica