¿Quién fue Dora Maar? La extravagante artista que Picasso destruyó
¿Quién fue Dora Maar? La extravagante artista que Picasso destruyó
Fotógrafa, pintora, escritora y poeta. Una mujer amante de las artes pasó su vida sorprendiendo a todos los que tenía alrededor. Su personalidad surrealista conquistaba a todo el que veía. Con su arte cautivó a los más grandes de la época, hasta que uno de ellos, decidió adueñarse de su vida y acabó con su carrera. ¿Quién fue Dora Maar? ¿Quién destrozó su carrera? ¿Por qué dejó de lado su vida artística? Aquí te contamos todo.
Fotógrafa, pintora, escritora y poeta. Una mujer amante de las artes pasó su vida sorprendiendo a todos los que tenía alrededor. Su personalidad surrealista conquistaba a todo el que veía. Con su arte cautivó a los más grandes de la época, hasta que uno de ellos, decidió adueñarse de su vida y acabó con su carrera. ¿Quién fue Dora Maar? ¿Quién destrozó su carrera? ¿Por qué dejó de lado su vida artística? Aquí te contamos todo.
Dora Maar, la artista que con su extravagancia conquistó a los surrealistas
Dora Maar (1907-1997) fue una pintora, escritora, fotógrafa, escultora y poeta francesa, reconocida por sus aportes al surrealismo. De personalidad extravagante, dedicó su vida a producir obras de arte que reflejaran su pensamiento interior. Sus producciones eran tan misteriosas como ella, lo que generó controversia en el mundo del arte y la transformó en la musa de muchos importantes artistas. En busca del amor conoció a Picasso y este, más tarde, sería quien destruiría su carrera.
Arte enigmático y misterioso, ¿cómo era su trabajo?
Sus ideas revolucionarias y diferentes, nacieron de su infancia. Vivió gran parte de su niñez en Buenos Aires y ya de adolescente volvió nuevamente a París. La mezcla cultural entre Latinoamérica y Europa, la volvieron tan interesante como irreverente.
Su arte era tan variado como su imaginación. Cuando era niña disfrutaba de todas las expresiones artísticas, pero nunca se llevó bien con la vida académica. Cuando comenzó a estudiar artes, abandonó por la presión escolar y se dedicó a buscar mentores.
La retroalimentación con sus mentores le fue de mucha ayuda. Ella servía de musa y de modelo, a cambio de aprender. Los utilizaba como maestros, pero ella desarrolló su propio estilo. Sentía curiosidad por lo prohibido, la magia, el misterio y la sexualidad, para poder explorar todos sus intereses, se guió por el surrealismo.
Nunca dejó de experimentar. Desde producciones cinematográficas –muy pequeñas-, hasta esculturas abstractas, su obra es imposible de definir o delimitar. Su fuente de ingresos principal era la fotografía de moda, trabajó como fotógrafa y directora creativa para varias revistas importantes.
Un fatídico encuentro: el día que conoció a Picasso
Su talento y su belleza, la hicieron parte de los círculos sociales más importantes de París. Vivía rodeada de artistas. Una noche, estando en el café Les Deux Magots –uno de los centros de reuniones más famosos de la ciudad-, el poeta francés Paúl Éluard, le presentó a Picasso.
Un hombre de 55 años, poco agraciado pero talentoso y cautivador, se convertiría rápidamente en su nueva obsesión. Ambos conectaron inmediatamente y desde ese día, estuvieron juntos.
¿Cómo se enamoraron? Gracias a unos guantes ensangrentados
Ella jugueteaba con una navaja entre sus dedos. A veces fallaba y sin querer se pinchaba, manchando de sangre sus guantes negros de encaje. Picasso –fascinado-, le pidió que le regalara esos guantes para guardarlos para siempre de recuerdo".
Paúl Éluard, el poeta francés que los presentó.
No se sabe con qué propósito Maar se cortaba ligeramente con la navaja, pero fue ese icónico momento el que cambió su vida para siempre. Desde ese instante, se convirtió en la musa de Picasso y en su devota enamorada.
“Después de Picasso, solo Dios”, el amor que destrozó su carrera
Dora Maar admiraba a Picasso como un dios, seguía todos sus pasos y fotografiaba todos sus logros y movimientos. La pasión intelectual que sentía Dora por él era desmedida, le entregó su vida y su atención por completo, descuidando su carrera artística. Ambos llegaron a tener un nivel de complicidad y de compenetración intelectual que muy pocos entendían.
Picasso era un hombre encantador. Al conocer a Dora se convirtió inmediatamente en su musa. En un inicio, la llenaba de regalos y detalles. Maar se enamoró perdidamente de él. “Después de Picasso, solo Dios”, solía decir. Él se convirtió en el centro de su vida, se dedicaba a fotografiarlo, adorarlo, apoyarlo y acompañarlo.
El artista español, admiraba la belleza y la personalidad de Maar, pero no su arte. Cuando su amante dejó de apoyarla, ella poco a poco fue dejando a un lado su carrera y enfocándose más en Picasso.
Su amor era puro, intenso. Soñaba con convertirse en su esposa, pero Picasso solo quería una musa. Él había tenido ya muchas otras, a quienes había retratado infinidad de veces –al igual que a Maar-, pero con ella había tenido una relación especial. La consideraba su amiga, hasta que de un momento a otro se aburrió.
Picasso decidió –sin ningún tipo de explicación-, abandonar a Maar tras conocer en 1945 a la pintora francesa Francoise Gilot. Desde ese entonces, la vida de Dora se transformó en un infierno. Sufría de depresión, ansiedad y ataques de pánico. Se vio obligada a buscar ayuda psiquiátrica tras perder el centro de su vida, que era Picasso.
"Retrato de Dora Maar" (1937), Picasso la retrató en múltiples ocasiones. El pintor nunca buscó amor, solo buscaba inspiración. Dora se entregó en cuerpo y alma a él. Él le regaló más de 130 de sus pinturas en sus buenos momentos. Fue la única mujer con la que tuvo una compenetración intelectual absoluta, esta complicidad parecía no ser suficiente para él, porque al final la dejó.
¿Qué sucedió con Dora Maar?
Tras su separación, Dora estuvo internada en hospitales psiquiátricos en numerosas ocasiones. Sus desbalances emocionales la llevaron varias veces al borde del suicidio. Estaba tan deteriorada que no podía continuar con su arte.
La influencia de Picasso la marcó de por vida. Nunca más pudo separarse de su recuerdo. Perdió todo reconocimiento por sus obras artísticas y sus impulsos surrealistas. Picasso había roto su corazón. Si bien continuaron algunos años en contacto, Dora nunca recuperó sus ganas de vivir.
Murió sola y olvidada por todos a los 90 años. A su funeral únicamente asistieron 7 personas. La historia la recuerda como 'la musa sufrida' de Picasso.
Algunos todavía se esfuerzan en mantener viva su esencia. En Venecia, Italia, organizaron una exposición que reunió más de 100 obras de la artista -desde fotografías hasta cartas-, con el propósito de recordar su potencial.
La exposición titulada "Dora Maar, la artista genial, pese a Picasso", fue en el 2014 en el Palazzo Fortuny.
Aquí tienes algunos de sus trabajos:
Si quieres ver más de sus obras, haz clic aquí.
Por Mary Villarroel Sneshko | @VivoDeSorpresas | Culturizando
Con información de TheGuardian