7 Laberintos para perderte en las vacaciones

Sus paredes miden tres metros y tienen un grosor de dos así que además de ser el más viejo del país (fue inaugurado en 1970) es uno de los más difíciles. Sus setos son redondeados porque son podados a mano.

Es uno de los más largos del mundo con 2,72 kilómetros de camino y se puede recorrer en unos 90 minutos. Está ubicado en una casa estilo Tudor que era propiedad de los Marqueses de Bath.

Fue construido en 1720 y se dice que hasta Napoleón Bonaparte se perdió en su visita de 1807. Pero el esfuerzo de llegar al centro vale la pena porque la vista es espléndida desde la torre que hay ahí.

Esta estructura de Oahu figura en el Libro Guinness de los Récords como el laberinto más grande del mundo, así que se recomienda estar bien descansado antes de emprender el viaje a su centro con forma de piña.

Esta estructura circular ocupa 4 hectáreas y tiene la particularidad de cambiar de aspecto de acuerdo a la estación porque su vegetación no es perenne. De repente es posible perderse en un mar de flores.

Este enredo de cipreses está ubicado en un parque que tiene un jardín romántico y otro neoclásico, con fuentes y estatuas de seres mitológicos. Fue construido en 1802 al pie de la montaña Collserola.

En realidad son dos: uno está en el piso de la catedral y el otro en su jardín. Fueron pensados para que el visitante haga un camino espiritual hacia el centro. Lo complejo no es la altura de los setos.