El restaurante construido en la cima de un volcán ¿Comerías aquí?
El restaurante construido en la cima de un volcán ¿Comerías aquí?
El Diablo, ese es el nombre que lleva este exótico -y arriesgado- restaurante, el cual está situado en la isla de Lanzarote en España y definitivamente promete una estancia inolvidable y realmente explosiva.
El Diablo, ese es el nombre que lleva este exótico -y arriesgado- restaurante, el cual está situado en la isla de Lanzarote en España y definitivamente promete una estancia inolvidable y realmente explosiva.
Aunque esto ya parezca extraordinario e increíble, no lo es todo...
Además de la insólita ubicación en la que está construido este restaurante, los chefs que forman parte del mismo ¡cocinan directamente con el calor que emana el volcán!
Así es... el volcán está activo y ellos sí que saben aprovecharlo cocinando todo lo que consumen sus comensales con el calor que proviene de las profundidades ardientes de este volcán.
Para realizar la cocción de los alimentos, se utiliza un agujero en el suelo en forma de parrilla gigante, a través de la cual el calor se escapa desde el fondo ardiente de nuestro planeta.
La construcción de este increíble restaurante data para el año 1970, cuando César Manrique con la ayuda de los arquitectos Eduardo Cáceres y Jesús Soto, construyeron el restaurante, en el que desde un principio se utilizó este agujero gigante en modo de cocina.
La construcción de la parrilla no fue tan simple como una común y corriente, en donde solo se coloca una malla metálica, en vez de esto los arquitectos decidieron colocar al menos nueve capas de roca basáltica, las cuales sirvieron como base para la estructura.
El restaurante sirve comida tradicional canaria en donde se destacan las papas, el pescado y el pollo, para todo ser degustado por las espectaculares vistas de los alrededores.
El Diablo, el cual está compuesto por un edificio de forma circular de una sola planta, está rodeado además por amplios ventanales y paredes de cristal, también circulares, lo cual permite admirar en una gran proporción la sobrecogedora extensión de los interminables y desiertos campos de lava.
En el interior, domina el centro del círculo del edificio el llamado “Jardín muerto”, un pequeño espacio bordeado por cristal donde se exhibe un tronco seco y el esqueleto de un dromedario.
Los testimonios de los visitantes siempre han sido en tendencia positivos y declaran la experiencia como ''única y extraordinaria''.
A menudo se han escuchado comentarios de que ''es como comer sobre la superficie de La Luna o Marte''. Y tú... ¿te animarías a vivir esta experiencia?